Ciudad del Vaticano (AICA):
El director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, padre Federico
Lombardi SJ, desmintió que el pontífice haya solicitado una lista
completa de los propietarios de cuentas corrientes del banco vaticano,
como difundió la prensa italiana. La revisión del funcionamiento del
Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como “banco
vaticano”, no es la prioridad número uno del papa Francisco, señaló. Las
noticias aparecidas en ese sentido en algunos órganos de información no
tienen ningún fundamento.
“Las noticias recogidas por algunos órganos de información, según los
cuales el papa Francisco estaría conduciendo en este período un examen
de la actividad del IOR (Instituto para las Obras de Religión y haya
pedido documentación sobre los cuentahabientes, no tienen ningún
fundamento”, afirmó. “Otras son las prioridades de interés más amplio
del gobierno de la Iglesia, aunque naturalmente anima la prosecución del
empeño de transparencia en las actividades administrativas y
financieras de la Santa Sede”, indicó.
Lo cierto es que a un mes del inicio del nuevo pontificado es
recurrente el interés mediático por el tema del IOR y se especula sobre
la posibilidad de que el nuevo Papa cierre esa institución.
En las primeras semanas de su pontificado, Jorge Mario Bergoglio no
realizó cambios drásticos, se limitó a firmar algunos nombramientos en
la Curia Romana y de obispos en diversas diócesis del mundo. La única
innovación fue el anuncio del establecimiento de un grupo de ocho
cardenales notables, representantes de los diversos continentes, que
ayudarán al pontífice en el gobierno de la Iglesia.
Mientras tanto los vaticanistas intentan anticipar cuáles serán las
primeras medidas del Papa argentino. Sobre el “banco vaticano”, esta
semana el papa Francisco dio su primera señal: durante la homilía de una
misa justamente con trabajadores del IOR minimizó la importancia de las
oficinas en la Iglesia.
“Cuando la Iglesia quiere enorgullecerse de su cantidad y crea
organizaciones, crea oficinas y se hace un poco burocrática, la Iglesia
pierde su sustancia principal y corre el peligro de transformarse en una
ONG (Organización No gubernamental). Y la Iglesia no es una ONG”, dijo.
“Todo es necesario, las oficinas son necesarias. Pero son necesarios
hasta un cierto punto: como apoyo para esta historia de amor. Pero,
cuando la organización toma el primer sitio, el amor se acaba y la
Iglesia, pobrecita, se convierte en una ONG. Esta no es la vía”, agregó.
Estas palabras hicieron suponer a algunos observadores que Bergoglio
está considerando intervenir sobre la estructura financiera del
Vaticano en tiempos breves.
Al respecto, Guzmán Carriquiry Lecour, secretario de la Pontificia
Comisión para América Latina (CAL) y amigo personal del Papa desde hace
muchos años, consideró esta semana que el IOR no puede cerrarse porque
su operación es fundamental para la Iglesia.
“Si lo cierran deberían inventarse algo igual, porque de lo
contrario ¿cómo se hace para enviar esos millones de dólares a los
seminarios de los países pobres?”, cuestionó durante una conferencia con
embajadores y periodistas latinoamericanos en Roma.
“Hay un montón de iglesias que viven en situación de minoridad y con
grandes dificultades económicas, está la Iglesia del sur del mundo que
vive normalmente en situación de pobreza. Tiene que tener mecanismos con
los cuales se genera aquella comunión de bienes que es propia de la
Iglesia desde los Hechos de los Apóstoles”, consideró.
Carriquiry dijo que será necesario dar una mayor transparencia a la
estructura y “hacer limpieza radical” para acabar con “el escándalo y
confusión y falta de transparencia” que ha existido. “Que pueda haber
sistemas nuevos enhorabuena, podrá haberlos, pero hoy por hoy desmontar
una estructura como la que existe para crear un sistema nuevo e
imprevisible, no lo sé. De todos modos este Papa nos sorprende a todos”,
añadió. (Ver AICA del 23 de abril).+
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