Buenos Aires (AICA):
¨Quisiera encomendar a Nuestra Señora de Luján, celestial patrona de ese
país, a todos los argentinos: a los que están constituidos en
autoridad, para que busquen en el servicio su mejor aliado y trabajen
infatigablemente por tejer lazos que afiancen la concordia, el diálogo,
la reconciliación y el entendimiento entre todos; a los niños, que
tienen derecho a un mundo que se distinga por la virtud y los valores
que dignifican a la persona; a los matrimonios, para que cimenten la
familia en la comprensión y la fidelidad de por vida; a los ancianos, a
cuyo lado siempre se aprenden lecciones hermosas; a los pobres y a los
que sufren, para que hallen siempre una mano amiga que los ayude y
sostenga en sus justas aspiraciones¨, pidió el papa Francisco a la
presidenta Cristina Fernández, en una carta del 20 de marzo pasado que
publicó el diario La Nación este domingo 21 de abril, enviada por su
corresponsal en Roma, Elisabeta Piqué.
"Quisiera encomendar a Nuestra Señora de Luján, celestial patrona de ese
país, a todos los argentinos: a los que están constituidos en
autoridad, para que busquen en el servicio su mejor aliado y trabajen
infatigablemente por tejer lazos que afiancen la concordia, el diálogo,
la reconciliación y el entendimiento entre todos; a los niños, que
tienen derecho a un mundo que se distinga por la virtud y los valores
que dignifican a la persona; a los matrimonios, para que cimenten la
familia en la comprensión y la fidelidad de por vida; a los ancianos, a
cuyo lado siempre se aprenden lecciones hermosas; a los pobres y a los
que sufren, para que hallen siempre una mano amiga que los ayude y
sostenga en sus justas aspiraciones", pidió el papa Francisco a la
presidenta Cristina Fernández, en una carta fechada el 20 marzo pasado,
que publicó el diario La Nación este domingo 21 de abril, enviada por su
corresponsal en Roma Elizabeta Pique.
Texto de la carta
"Señora Presidenta: Al recordar nuestro reciente encuentro y su
venida a Roma, con ocasión del inicio de mi ministerio como sucesor de
San Pedro, deseo agradecer su presencia y los votos que Vuestra
Excelencia ha formulado, para que la nueva tarea que me ha sido
encomendada por la Providencia divina en la Iglesia sea fructífera y
ayude al bien común de todos los hombres y al pacífico entendimiento de
los pueblos".
"En la persona de Vuestra Excelencia y en la responsabilidad que
ejerce, he querido ver el rostro de todos los hijos de esas queridas
tierras argentinas, que se esfuerzan cada día por dar lo mejor de sí
mismos a la patria que los vio nacer, y anhelan ser protagonistas de un
presente sereno y constructores de un futuro luminoso, en donde el amor
recíproco sea la puerta que abra a la esperanza y a la mutua confianza,
al respeto sincero y a la colaboración generosa".
"Mientras le reitero mi gratitud por las palabras que me ha dirigido
en estos días, quisiera encomendar a Nuestra Señora de Luján, celestial
patrona de ese país, a todos los argentinos: a los que están
constituidos en autoridad, para que busquen en el servicio su mejor
aliado y trabajen infatigablemente por tejer lazos que afiancen la
concordia, el diálogo, la reconciliación y el entendimiento entre todos;
a los niños, que tienen derecho a un mundo que se distinga por la
virtud y los valores que dignifican a la persona; a los matrimonios,
para que cimenten la familia en la comprensión y la fidelidad de por
vida; a los ancianos, a cuyo lado siempre se aprenden lecciones
hermosas; a los pobres y a los que sufren, para que hallen siempre una
mano amiga que los ayude y sostenga en sus justas aspiraciones".
"A todos llevo en mi corazón sin postergar a nadie y pidiendo por la entera Nación y sus destinos".
"Con estos sentimientos, le hago llegar, Excelencia, mi saludo
cordial y, por vuestro medio, a todos sus colaboradores, así como el
amadísimo pueblo argentino, sobre el que invoco abundantes bendiciones
divinas".+
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