jueves, 2 de mayo de 2013

Francisco “tiene nuestros sentimientos, aunque transfigurados por el encuentro con Dios”

Rímini (Italia) (AICA): El obispo auxiliar y provicario de la arquidiócesis de Buenos Aires, monseñor Eduardo García, expresó que el papa Francisco “es profundamente humano, con sentimientos como los nuestros, aunque transfigurados por la experiencia del encuentro vivo con Dios”, a quien “le habla mano a mano, como a un amigo”. Habló sobre su modo de ser, su visión de la Iglesia, su amena cercanía con los cardenales, como su humildad en el trato con los pobres, su modo de encarar la evangelización y hasta su modo de hablar. También lo definió: “Francisco no es un mandatario o príncipe, sino un pastor con olor a oveja”.



El obispos auxiliares y obispo auxiliar y provicario de la arquidiócesis de Buenos Aires, monseñor Eduardo García, expresó que el papa Francisco “es profundamente humano, con sentimientos como los nuestros, aunque transfigurados por la experiencia del encuentro vivo con Dios”, a quien “le habla mano a mano, como a un amigo”.

El prelado dijo estas palabras al brindar un testimonio en la Asamblea Nacional de la Renovación Carismática Católica de Italia, que se celebró en Rímini entre el 25 y el 28 de abril.

Monseñor García se dirigió a los presentes dándoles a conocer su relación de amistad y de “consejo espiritual” que lo unen al papa Francisco, a quien conoce desde hace 20 años, y que solía ser su confesor mientras permaneció como arzobispo de Buenos Aires.

Un hombre como todos
“Voy a hablar de alguien a quien conozco y amo entrañablemente, un hombre profundamente humano que ha compartido la vida corriente y normal de los hombres y que por eso se comunica como lo hacen quienes atienden el hogar, trabajan o se cruzan por la calle. Ése es Francisco”, comenzó diciendo el obispo.

También definió al Santo Padre como un hombre que “busca la comunión acercándose allí donde el hombre está y como es, sin tratar de forzarlo, sino demostrando y afirmado que Dios está allí donde el hombre lo busca con sincero corazón”, y afirmó que un “buenas tardes”’ en la boca de Francisco “inicia un diálogo para entrar en la casa y en el corazón de los hombres con la simpleza de aquel que golpea la puerta y saluda esperando ser recibido”.

Un hombre de sana eclesiología
Monseñor García también presentó al obispo de Roma como “un hombre de la Iglesia en comunión”, donde ella es protagonista, con lo cual quiso evidenciar la “sana eclesiología” de las palabras pronunciadas por el pontífice desde la logia de la basílica de San Pedro, el día de su elección: “Fueron a buscar un Papa al fin del mundo”.

“Esa frase hace eco en mi memoria, y a mi corazón vuelven las palabras que siempre decía en las ordenaciones sacerdotales y episcopales”, dijo el prelado, refiriéndose a un dicho del Papa que buscaba reconocer, como los pastores del Antiguo Testamento, que Dios elige a pesar de los límites y los pecados: “No te olvides nunca que fuiste sacado de detrás del rebaño”.

Un hombre fraternal
Además rescató la colegialidad vivida en fraternidad: “Francisco habla de ‘mis hermanos Cardenales’, y no simplemente ‘los cardenales’. La Iglesia por sobre todas las cosas es familia, es comunión y si no hay comunión es porque no se ha dejado lugar al espíritu que la crea y la fortalece. La Iglesia es un cuerpo, el camino lo hacemos juntos y esto da garantías de la presencia del Señor”.

Un hombre humilde
Monseñor García relató que en la carta enviada a los obispos argentinos con motivo de la 105ª Asamblea Episcopal, Francisco rogaba que rezaran por él para que “no se la crea”. Sobre esto, expresó: “es el hombre que no se cansa de hablar de la misericordia de Dios como su rasgo más determinante y profundo que nos coloca en nuestro auténtico lugar”.

“Solo aquel que la ha experimentado profundamente, desde las entrañas propias de la vida y no sólo a partir del pecado perdonado, sino que ha experimentado la misericordia al descubrir las innumerables gracias recibidas, como él las ha recibido desde su familia, cuna de su fe, y en toda su historia sin haberlas pedido, puede anunciarla y trasmitirla”, sentenció.

Respecto a los gestos que denotan su vida ascética, monseñor García estimó: “Se ha hablado mucho en estos días de su austeridad y de su pobreza. Ciertamente es un hombre austero y pobre, felizmente pobre porque no es la pobreza impuesta fruto solamente de una férrea disciplina ascética. Es la pobreza de aquel que sabe que, como María, la hermana de Lázaro, ha elegido la mejor parte, la que nunca le será quitada”.

También aclaró: “No es un pobre ideológico, es un pobre que se siente amado y que sabe que para su misión sólo necesita un corazón dócil y generoso para poder entregar. Es un hombre que da. Todos los que lo conocemos sabemos que los regalos que recibe, salvo algunas excepciones significativas, tienen fecha de vencimiento dado que en corto o largo plazo serán regalados”.

Un hombre agradecido a sus antecesores
Francisco, según este obispo, “es absolutamente consciente de que este momento es gracias a otro hombre que desde el mismo Espíritu tuvo la valentía y el coraje profético de dejarle las manos libres a Dios para que Él pudiera seguir realizando su obra”. Por eso, afirmó que su mención a Benedicto, el día de su elección, no es “una simple formalidad del momento”, sino “memoria activa y operante del pasado en el hoy”. También valoró su atención diligente y constante al hogar sacerdotal, donde viven los presbíteros y obispos ancianos.

La caridad en Francisco
El prelado también reconoció que el acercamiento a los más pobres “no es una cuestión meramente sociológica, sino profundamente evangélica”, que lejos de todo “fariseísmo” busca acercarse con amor y que los otros “sientan que Dios los recibe y los abraza”. Y agregó: “Cuando habla de pobres, el Papa encarna el concepto bíblico de los anawin [n. de r.: palabra que proviene del arameo y que significa “hombre pobre”], los marginados, los enfermos, los solos, las prostitutas, los pecadores. Y esto no es extravagancia o populismo, sino Evangelio puro y encarnado”.

Su modo de hablar
“El Papa tiene un lenguaje sencillo, y no es porque no tenga vuelo teológico, sino muy por el contrario porque la teología ha pasado del intelecto a la experiencia”, adujo al resaltar lo que tantas veces ha dicho el Santo Padre sobre la Iglesia: “No es una ONG”. Estimó: "En esta sencilla y cariñosa frase está enunciando una verdad teológica muy profunda”.

Su modo de encarar la evangelización
El prelado relató que al comienzo del milenio se presentó la posibilidad de realizar un sínodo o gran asamblea, de modo de encarar las exigencias que requería la tarea evangelizadora. En ese entonces, el cardenal Bergoglio llamó a la arquidiócesis a entrar “en estado de asamblea” permanente, para que las conclusiones no quedaran “en el estante de alguna biblioteca”.

“El arzobispo nos invitó a encarnar el espíritu de Aparecida, que no trae recetas sino claves, criterios y pequeñas grandes certezas para iluminar y, sobre todo, encender el deseo profundo de quitarnos todo ropaje innecesario y volver a las raíces, a lo esencial, a esa actitud que plantó la fe en los comienzos de la Iglesia y después hizo de nuestro continente la tierra de la esperanza”, indicó monseñor García, quien lo definió: “Francisco, el pastor, no es un mandatario o príncipe, sino un pastor con olor a oveja”.

El prelado porteño culminó su alocución mencionando los renombrados “gestos” del pontífice: “Los gestos del papa Francisco no son un invento del 13 de marzo; es, cree y vive como Papa lo que fue, creyó y vivió como sacerdote y obispo. Hay una coherencia de vida que es lo que hacen genuinos todos sus gestos, potenciados ahora por la gracia especial del Espíritu Santo que le ha regalado una alegría manifiesta, visible y desbordante”.

Las intervenciones de monseñor García fueron dadas a conocer por el presbítero Alejandro Russo, rector de la catedral. Ambos, cercanos al cardenal Bergoglio durante su ministerio en Buenos Aires, se encuentran de visita en Roma. En su estadía en la ciudad eterna, tuvieron la oportunidad de acompañar al Santo Padre en varias de las misas que preside cada mañana con pequeños grupos de trabajadores de la curia local e invitados especiales.+

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