Ciudad del Vaticano (AICA):
“Ustedes se están preparando para un ministerio de particular
compromiso, un trabajo que requiere una gran libertad interior¨, dijo el
papa Francisco a los 45 miembros de la Pontificia Academia Eclesiástica
a los que recibió esta mañana en la Sala Clementina del Vaticano.
“Sobre todo, añadió el Pontífice, estar atentos a ser libres de
ambiciones o miras personales, que tanto mal hacen a la Iglesia,
teniendo cuidado de no poner en primer lugar la realización personal o
el reconocimiento que puedan recibir dentro y fuera de la comunidad
eclesial, sino el bien superior de la causa del Evangelio y la
realización de la misión que se les asigna”
“Ustedes se están preparando para un ministerio de particular
compromiso, un trabajo que requiere una gran libertad interior", dijo el
papa Francisco a los 45 miembros de la Pontificia Academia Eclesiástica
a los que recibió esta mañana en la Sala Clementina del Vaticano.
"Vivan estos años de su preparación con compromiso, generosidad y
grandeza de alma, para que esta libertad tome forma en ustedes. Esto
significa -explicó el Papa- ser libres de proyectos personales: de esas
formas concretas en las que tal vez, un día, han pensado vivir su
sacerdocio, de la posibilidad de programar el futuro; de la perspectiva
de permanecer mucho tiempo en su lugar de acción pastoral. Significa ser
libres de todas las formas, incluso respecto a la cultura y a la
mentalidad de la que provienen, no para olvidarla y mucho menos para
renunciar a ella, sino para abrirse, en la caridad, a la comprensión de
culturas diversas y al encuentro con hombres que pertenecen a mundos muy
lejanos del suyo”.
“Sobre todo, añadió el Pontífice, estar atentos a ser libres de
ambiciones o miras personales, que tanto mal hacen a la Iglesia,
teniendo cuidado de no poner en primer lugar la realización personal o
el reconocimiento que puedan recibir dentro y fuera de la comunidad
eclesial, sino el bien superior de la causa del Evangelio y la
realización de la misión que se les asigna”.
“El ministerio al cual se están preparando requiere salir de ustedes
mismos, un distanciamiento de ustedes mismos que sólo se consigue
mediante un intenso camino espiritual y una seria unificación de la vida
en torno al misterio del amor de Dios y al inescrutable designio de su
llamada".
"Podemos vivir la libertad de nuestros proyectos y de nuestra
voluntad no como motivo de frustración o de vacío, sino como apertura al
don desbordante de Dios que hace fecundo nuestro sacerdocio".
De esta forma el Santo Padre les pidió cuidar mucho la vida
espiritual, "que es la fuente de la libertad interior, cultivando la
vida de oración y haciendo de su trabajo cotidiano un gimnasio de su
santificación".
Francisco recordó a los presentes las palabras del beato Juan XXIII:
"Más maduro con los años y con las experiencias, reconozco que el
camino más seguro para mi santificación personal y para un mayor
resultado de mi servicio a la Santa Sede, sigue siendo el esfuerzo
atento de reducir todo y centrarme en la verdad, justicia, caridad,
sobre todo caridad. Cualquier otra forma de actuar, no es más que
apariencia y búsqueda de afirmaciones personales, que rápido traicionan y
se convierten en incómodas y ridículas".
En sus palabras, el Papa mencionó a las religiosas, "madres buenas
que los acompañan con la oración, con sus simples y esenciales palabras y
sobre todo con el ejemplo de fidelidad, dedicación y amor"; y al
personal laico que trabaja en la Casa que "con su presencia oculta, pero
importante, les permiten vivir con serenidad y dedicación su tiempo en
la Academia".
Y al finalizar el encuentro, los invitó a emprender el servicio a la
Santa Sede con el mismo espíritu del beato Juan XXIII, pidiéndoles que
rezaran por él, los encomendó a la Virgen María y a su patrono San
Antonio Abad.+
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