sábado, 21 de septiembre de 2013

Publicaciones del Diario La Nación

La Justicia ordenó pagar la jubilación al obispo Baseotto
Diario La Nación – Sección Política - Por Silvia Stagni
    
En rechazo de una decisión del Gobierno, la justicia previsional de segunda instancia dio luz verde al reclamo de monseñor Antonio Baseotto, ex vicario castrense de las Fuerzas Armadas, y ahora el Estado deberá pagarle la asignación mensual vitalicia que prevé ley, en función del cargo que ocupó. Así, los jueces dispusieron que se le abonen en un plazo de 30 días los ingresos jubilatorios adeudados, desde el momento en que dejó sus funciones. La sentencia, firmada por los jueces Luis René Herrero y Juan Carlos Poclava Lafuente, de la Cámara Federal de la Seguridad Social, llega ocho años después de que, desde el ámbito de la justicia penal, la jueza María Servini de Cubría sobreseyó al obispo, denunciado por supuesta apología del delito. En 2005, el entonces presidente Néstor Kirchner suspendió a Baseotto en sus funciones como vicario castrense y le quitó el sueldo que percibía, pese a lo cual el obispo siguió cumpliendo con sus funciones hasta renunciar, más de dos años después, por razones de salud.



Internacionales

El mensaje del abrazo del Papa
Diario La Nación – Opinión - Por Iván Petrella
  
El abrazo del Papa Francisco a Gustavo Gutiérrez marca un cambio histórico en la relación del Vaticano con la teología de la liberación, el movimiento teológico más importante del último siglo y medio. Gutiérrez, un humilde sacerdote peruano, es la figura más representativa de esta teología que no siempre ha sido bienvenida. Cabe recordar que el Vaticano condenó formalmente algunos de sus elementos y que Benedicto XVI, cuando aún era el Cardenal Ratzinger, fue el encargado de sancionar a teólogos de la liberación como Leonardo Boff (quien eventualmente dejó el sacerdocio) y Jon Sobrino. Gutiérrez nunca fue sancionado, pero sí advertido, y el Vaticano se aseguró de que sus libros no se desviaran de la ortodoxia prescripta por Roma. Algunos personajes menores hicieron apología de la violencia revolucionaria, pero ninguno de los grandes pensadores cayó en la trampa de consentirla o promoverla. La teología de la liberación surgió en América latina a principios de los setenta en relación al Segundo Concilio Vaticano, la revolución cubana y la teoría de la dependencia. En ese contexto, muchos de sus exponentes propugnaron el reemplazo del capitalismo por el socialismo como la única manera de encarnar la opción preferencial por los pobres en la sociedad. Algunos personajes menores hicieron apología de la violencia revolucionaria, pero ninguno de los grandes pensadores cayó en la trampa de consentirla o promoverla. Fue la opción socialista lo que llevó a Juan Pablo II, un papa que había sufrido la Polonia comunista, a buscar limitar la influencia de la teología de la liberación. Para algunos, entre ellos Ratzinger, el fin del socialismo significaba el fin de esta corriente teológica, pero la realidad es que lejos de desaparecer fue adquiriendo mayor influencia, incluso en disciplinas que exceden a la teología.


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