La
Justicia ordenó pagar la jubilación al obispo
Baseotto
Diario
La Nación
– Sección Política - Por Silvia Stagni
En rechazo de una decisión
del Gobierno, la justicia previsional de segunda instancia dio luz verde al
reclamo de monseñor Antonio Baseotto, ex vicario castrense de las
Fuerzas Armadas, y ahora el Estado deberá pagarle la asignación mensual
vitalicia que prevé ley, en función del cargo que ocupó. Así, los jueces
dispusieron que se le abonen en un plazo de 30 días los ingresos jubilatorios
adeudados, desde el momento en que dejó sus funciones. La sentencia, firmada por
los jueces Luis René Herrero y Juan Carlos Poclava Lafuente, de la Cámara
Federal de la Seguridad Social, llega ocho años después de
que, desde el ámbito de la justicia penal, la jueza María Servini
de Cubría sobreseyó al obispo, denunciado por supuesta apología del delito. En
2005, el entonces presidente Néstor Kirchner suspendió a Baseotto en sus
funciones como vicario castrense y le quitó el sueldo que
percibía, pese a lo cual el obispo siguió cumpliendo con sus funciones hasta
renunciar, más de dos años después, por razones de
salud.
Internacionales
El
mensaje del abrazo del Papa
Diario
La Nación
– Opinión - Por Iván Petrella
El abrazo del Papa
Francisco a Gustavo Gutiérrez marca un cambio histórico en la
relación del Vaticano con la teología de la liberación, el movimiento teológico
más importante del último siglo y medio. Gutiérrez, un humilde sacerdote
peruano, es la figura más representativa de esta teología que no siempre ha sido
bienvenida. Cabe recordar que el Vaticano condenó formalmente algunos de sus
elementos y que Benedicto XVI, cuando aún era el Cardenal Ratzinger, fue
el encargado de sancionar a teólogos de la liberación como
Leonardo Boff (quien eventualmente dejó el sacerdocio) y Jon Sobrino. Gutiérrez
nunca fue sancionado, pero sí advertido, y el Vaticano se aseguró de que sus
libros no se desviaran de la ortodoxia prescripta por Roma. Algunos personajes
menores hicieron apología de la violencia revolucionaria, pero ninguno de los
grandes pensadores cayó en la trampa de consentirla o promoverla. La teología de
la liberación surgió en América latina a principios de los setenta en relación
al Segundo Concilio Vaticano, la revolución cubana y la teoría de la
dependencia. En ese contexto, muchos de sus exponentes propugnaron el
reemplazo del capitalismo por el socialismo como la única manera de encarnar la
opción preferencial por los pobres en la sociedad. Algunos
personajes menores hicieron apología de la violencia revolucionaria, pero
ninguno de los grandes pensadores cayó en la trampa de consentirla o promoverla.
Fue la opción socialista lo que llevó a Juan Pablo II, un papa que
había sufrido la Polonia comunista, a buscar limitar la influencia de la
teología de la liberación. Para algunos, entre ellos Ratzinger, el
fin del socialismo significaba el fin de esta corriente teológica, pero la
realidad es que lejos de desaparecer fue adquiriendo mayor influencia, incluso
en disciplinas que exceden a la teología.
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