El Cura Brochero fue beatificado hoy, sábado 14 de septiembre, en una
multitudinaria celebración presidida por el prefecto de la Congregación
para las Causas de los Santos y enviado papal, cardenal Angelo Amato, en
el pueblo de las sierras de Córdoba que lleva el nombre del sacerdote
que llevó a lomo de mula el Evangelio y el progreso a los más
necesitados de la región.
“Concedemos que el venerable siervo José Gabriel del Rosario
Brochero, sacerdote diocesano, pastor según el corazón de Cristo, fiel
ministro del evangelio, testigo del amor de Cristo a los pobres, sea
llamado beato de ahora en adelante”, leyó el purpurado el decreto
firmado por el papa Francisco.
A las 10.27 una gigantografía con la imagen del primer sacerdote
argentino beato fue desplegada en el altar, en medio de vítores y
aplausos de una multitud reunida en el predio ubicado en el Cerro de la
Cruz, del poblado de Traslasierras.
El cardenal Amato indicó, además, que el Papa estableció que la
fiesta litúrgica del Cura Brochero sea el 16 de marzo “en los lugares y
modos establecidos”.
Carta de Francisco y campanas
En ese marco, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina,
monseñor José María Arancedo, leyó una carta en la que el Papa destacó
la figura del flamante beato como “pastor con olor a ovejas” y aseguró
que Brochero fue un “pionero” de la evangelización al llevar el mensaje
de Cristo a las “periferias existenciales” y al hacerse “pobre entre los
pobres”.
También se difundió allí un video del momento en que el Papa bendice
en el Vaticano una campana con la leyenda “Brochero, un cura con olor a
oveja”, que será colocada en la parroquia del pueblo.
Reliquias
Al terminar el ritual de beatificación, Nicolás Flores, el niño del
“milagro” que permitió la beatificación del “cura gaucho”, acercó al
altar las reliquias del beato junto con sus padres, un sacerdote del
lugar y una religiosa, y el obispo de Cruz del Eje, monseñor Santiago
Olivera, agradeció al Papa por este momento culminante para la Iglesia.
Previamente, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez,
solicitó al enviado papal la inscripción del Cura Brochero en el libro
de los beatos, mientras Silvia Correarle, postuladora de la causa, hizo
una semblanza de su vida y el sacerdote jesuita Julio Merediz reseñó su
“espiritualidad sacerdotal”.
Homilía
En la homilía, el cardenal Amato dijo que en el decreto de
beatificación se describen los “rasgos esenciales que retratan a este
héroe cristiano, sembrador a manos llenas en estas tierras. Su
beatificación es un acontecimiento de suma relevancia tanto social como
religiosa” y comparó a Brochero con Santo Cura de Ars, patrono mundial
de los párrocos.
“Verdadero bienhechor del pueblo argentino, promovió el progreso de
la sociedad y el bienestar de la comunidad. Trabajó a favor de la
dignificación de la personas humana provenían de su santidad, un rasgos
que todo reconocía en el ya en vida.
“Su trabajo en pos de la dignificación de la persona humana provenía
de su santidad, un rasgos que todos reconocía en él ya en vida”,
subrayó.
El purpurado relató la conversión que Brochero logró de dos
delincuentes, para luego interpelar: ¿Quién era este sacerdote y qué fue
lo que hizo para ser tan querido y venerado?” “La respuesta es simple
fue un sacerdote completamente dedicado a las almas, todo lo que hizo
tuvo como horizonte al hombre y sobre todo de los más necesitados”,
aseveró.
El cardenal Amato definió al Cura Brochero como un “verdadero
comunicador que con su predicación tocaba los corazones convirtiendo,
incluso, a los pecadores más empedernidos”.
“Se transformó en un difusor del reino de Dios y abanderado de
Cristo”, indicó, y sostuvo que difundió los ejercicios espirituales, a
los que movilizaba a multitudes, porque estaba “convencido de su
eficacia como instrumento para comunicar la luz de la libertad divina y
que triunfo de la gracia, aún en los más rebeldes”.
“Su caridad pastoral generaba comunión era un pastor para todos sus
predilectos los enfermos, los pequeños, los pobres”, precisó.
Por último, el cardenal Amato exhortó a los sacerdotes a practicar
lo que Brochero enseñó y a no olvidarse de ser generosos y ejercitar el
ministerio sacerdotal con serenidad y alegría como él lo hacía. “La
presente beatificación es sólo un comienzo para conocer al Cura
Brochero, este sacerdote santo, sigamos imitándolo y pidiendo por las
necesidades espirituales y materiales”.
Autoridades
Las autoridades municipales estimaron que unas 200.000 personas
llegaron hasta Villa Cura Brochero para participar de la ceremonia
religiosa, entre unos 60 obispos y 1.200 sacerdotes.
De la Sota agradeció al Papa por la beatificación del Cura Brochero y
pidió que este sea el “paso inmediato” de la santificación de este
sacerdote que llevó educación, trabajo, progreso y felicidad a los
pobres de Traslasierra.
“Cada tierra tiene los hombres y santos que se merecen. Pucha, que
lindo es que Brochero haya nacido en Córdoba y más lindo que nos siga
acompañando en la fe y con su ejemplo inquebrantable de lucha para
llevar a los pobres educación, trabajo, progreso, felicidad”, subrayó
desde el altar.
También asistieron el presidente de la Cámara de Diputados, Julián
Dominguez, en representación de la Presidenta, el gobernador de Córdoba
José Manuel de la Sota, el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, y el
secretario de Culto, Guillermo Olivieri.
La vida de Brochero
José Gabriel del Rosario Brochero nació el 16 de marzo de 1840 en el
paraje Carreta Quemada, cerca de Santa Rosa de Río Primero, en el norte
de Córdoba.
El 4 de noviembre de 1866 fue ordenado sacerdote y desde 1869 se
instaló en Villa del Tránsito, localidad de traslasierra que desde 1916
lleva su nombre.
Brochero movilizaba a miles de hombres y mujeres -campesinos,
delincuentes, olvidados- a través de caminos inhóspitos para participar
de ejercicios espirituales, primero en la capital cordobesa, lo que
demandaba tres días de marcha, y después en una casa propia en Villa del
Tránsito.
El sacerdote tuvo un fuerte protagonismo social, al realizar
gestiones ante las autoridades que hicieron posible la apertura de
caminos, acequias, diques, una estafeta postal y un telégrafo. También
supo cuestionar a legisladores cordobeses que "no se interesaban por el
progreso de sus comprovincianos", decía, al no promover leyes para que
el tren llegara a estos poblados.
Brochero tuvo un papel activo en la epidemia de cólera que afectó a
la población de la provincia de Córdoba. Enfermó de lepra por compartir
el mate junto a pacientes con esta enfermedad, quedó sordo y ciego.
Murió en 26 de enero 1914.
Venerable y reconocimiento del milagro
Juan Pablo II lo declarado venerable en febrero de 2004 y Benedicto
XVI firmó el 20 de diciembre de 2012 el decreto que reconoce el
"milagro" atribuido a la intercesión de Brochero. Se trató de la
recuperación sin explicación médica de un niño con pronóstico de "vida
vegetativa" y problemas neurológicos severos tras sufrir un grave
accidente vial.+
No hay comentarios:
Publicar un comentario