“Tengan el coraje de ir contra corriente, no se dejen llevar por la
corriente” exhortó el papa Francisco a los jóvenes sardos, porque
“encontrar a Jesús, hacer experiencia de su amor y de su misericordia es
la aventura más grande y más bella que le puede suceder a una persona”.
El encuentro del Papa con los jóvenes fue la última cita de la visita
pastoral del Pontífice a Cagliari, en la isla de Cerdeña. El encuentro
tuvo lugar en la tarde del domingo 22 de septiembre en Largo Carlo
Felice, donde por la mañana había encontrado a los representantes del
mundo del trabajo.
Francisco comentó el relato evangélico de la pesca milagrosa, leído
poco antes, invitando a cuantos lo escuchaban a no dejarse vencer nunca
por el pesimismo o el desánimo. “Cuando un joven no confía en la vida
-dijo-cuando pierde la esperanza” busca un poco de paz “en los
“mercaderes de muerte, los que ofrecen un camino para cuando se está
triste, sin valor, sin esperanza. ¡Por favor no vendan su juventud a los
que venden muerte! Saben de qué hablo”.
El sucesor de san Pedro, después de afirmar frente a los jóvenes
sardos, que al verlos le hizo pensar en la Jornada Mundial de la
Juventud en Río de Janeiro, se inspiró en la actitud de san Pedro,
cuando en el evangelio, después de haber trabajado toda la noche sin
haber pescado nada, confiado en Jesús vuelve a remar mar adentro y echa
las redes, para afirmar que las experiencias de fracaso en la juventud
no los debe llevar a dejarse vencer por el pesimismo y la desconfianza.
“¡Un joven sin alegría y sin esperanza es preocupante!, ¡No es un
joven!”, expresó el papa Francisco.
Pedro con coraje, sale de sí mismo y elige confiar en Jesús y tira nuevamente las redes.
Frente a la amenaza del lamento y la resignación el camino es Jesús,
expresó el Papa, hacer subir a Jesús a nuestra barca y remar mar
adentro con él. ¡Él es el Señor!, él cambia la perspectiva de vida. La
fe en Jesús conduce a una esperanza que va más allá, a una certeza
fundada no solamente en nuestras cualidades y habilidades, sino sobre la
palabra de Dios, sobre la invitación que viene de él.
Remar mar adentro, salir de sí mismo, de nuestro pequeño mundo y
abrirse a Dios para abrirse siempre más también a los hermanos, ha sido
la fuerte invitación del papa Francisco a los jóvenes, recordándoles que
también ellos están llamados a ser “pescadores de hombres”. Les pidió
que no duden en gastar la vida para dar testimonio con alegría del
Evangelio, porque su contribución es indispensable para la misión de la
Iglesia que es la evangelización.+
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