Hoy a las 3.30 el Papa
Francisco sorprendió a las miles de personas que participaban de la vigilia
frente a la Catedral Metropolitana llamando desde El Vaticano. La Plaza se
regocijó de alegría y emoción al escuchar su
voz:
“Hola.
Gracias por estar rezando. Gracias por las oraciones, las necesito mucho.
Gracias por haberse reunido a rezar. ¡Es tan lindo rezar! Porque es mirar hacia
el cielo, mirar a nuestro corazón y saber que tenemos un Padre Bueno, que es
Dios. Gracias por eso.
Les
quiero pedir un favor: caminemos todos juntos, cuidémonos los unos a los otros,
cuídense entre ustedes, no se hagan daño; cuídense! Cuiden la vida, cuiden la
familia, cuiden la naturaleza, cuiden los niños, cuiden a los viejos. Que no
haya odio, que no haya peleas. Dejen de lado la envidia y no le saquen el cuero
a nadie; dialoguen, vayan creciendo en el corazón y acérquense a Dios.
Dios
es bueno, Dios siempre perdona. Dios es Padre… acérquense siempre a Él. Que la
Madre los bendiga mucho y por favor, no se olviden de este obispo, que aunque
está lejos, los quiere mucho: recen por mí.
Por
la intercesión de Santa María, siempre Virgen y del ángel guardián de cada uno,
el glorioso patriarca San José, de Santa Teresita del Niño Jesús y los santos
protectores de ustedes, que los bendiga Dios Todopoderoso, el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo”.
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