lunes, 29 de julio de 2013

Los peregrinos se llevan un "manual" para ser discípulos en sus naciones

Junto con el equipo del peregrino, la organización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Río de Janeiro 2013 entregó a cada peregrino un pequeño libro llamado Discipulus, que persigue ser una continuación del llamado que planteó el papa Francisco a los jóvenes, en sintonía con el lema del encuentro: "Vayan y hagan discípulos en todas las naciones".

"Por muy buena que haya sido esta jornada, llegó la hora de levantarse, colocar la mochila a las espaldas y llevar en ella, con certeza, un gran equipaje", dice el libro en su inicio. Y agrega: "Guarda con cariño todas las palabras escuchadas. La Iglesia cree que tú puedes ser fiel y capaz de evangelizar a otras personas, dejándolo transparentar en tus gestos y palabras como un gran misionero".

El libro presenta dos partes. En la primera sección propone convertirse en "instrumentos de evangelización", siendo sembradores de la Buena Nueva, apóstoles por la oración y enseñando cómo hacer discípulos.


La segunda parte se denomina "Ambientes de evangelización", y propone "retomar la dinámica de la comunión", empezando por la familia y comprender que es necesario "hacer que Cristo sea el centro de la vida". También profundiza sobre el sentido que toma la parroquia, que debe ser "vid" donde los jóvenes se acerquen a encontrar y saborear frutos.


Finalmente, el libro también compromete a los jóvenes en el campo social, al que dedica todo un capítulo especial. "Es importante tener claro que todo lo que hagamos -o dejemos de hacer- tiene siempre un cuño político y social, porque demuestra el tipo de sociedad que queremos o no construir. Así, nuestra fe en Jesucristo también necesita expresarse en nuestra participación política en la consciente búsqueda de la civilización del amor", se indica.


Discipulus
concluye con una semblanza de los patronos de la Jornada Mundial de la Juventud, entre los que se encuentra Nuestra Señora de la Concepción Aparecida, la advocación más popular del Brasil, y san Antonio de Santana Galvao, primer santo brasileño, que fue canonizado por Benedicto XVI en 2007.+

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