lunes, 29 de julio de 2013

La próxima Jornada Mundial de la Juventud será en 2016, en Cracovia, Polonia

“Queridos jóvenes, tenemos una cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en 2016, en Cracovia, Polonia". De este modo, antes del rezo del Ángelus, el Santo Padre anunció oficialmente que la XXIX JMJ se realizará en 2016 en la ciudad polaca de Cracovia, en claro homenaje al beato Juan Pablo II, que creó las Jornadas Mundiales de la Juventud y que será proclamado santo este año.

"Pidamos, por la intercesión materna de María, la luz del Espíritu Santo para el camino que nos llevará a esta nueva etapa de gozosa celebración de la fe y del amor de Cristo”, dijo el Papa a los jóvenes.


El beato Juan Pablo II fue ordenado obispo auxiliar de Cracovia el 4 de julio de 1958, y luego su Arzobispo en diciembre de 1962. Creado cardenal a los 47 años de edad, el entonces arzobispo Karol Józef Wojtila presidió su sede en medio de los asedios del ateísmo militante del régimen comunista hasta su elección como Pontífice el 16 de octubre de 1978.


Aunque no es la ciudad capital, Cracovia es un centro urbano de 3 millones de habitantes considerado como el corazón cultural, artístico y espiritual de Polonia. Tierra natal de reyes, artistas, filósofos y santos, es también la ciudad donde vivió y murió Santa Faustina Kowalska, vidente y apóstol de la Divina Misericordia. En efecto, es en la colina de Lagiewniki en Cracovia donde se erige el santuario mundial de la Divina Misericordia.


Rica de historia, joyas arquitectónicas y templos católicos, esta ciudad del sur de Polonia suele tener temperaturas moderadas, de entre 19 y 24 grados durante el verano, durante el cual se realizará la próxima Jornada Mundial de la Juventud.


Como “Ciudad Europea del Deporte”, Cracovia será sede del campeonato mundial de Voleibol en 2014 y del campeonato europeo de Basquet en 2016.


Palabras del Papa antes del Rezo del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas
Al final de esta celebración eucarística, con la que hemos elevado a Dios nuestro canto de alabanza y gratitud por cada gracia recibida durante esta Jornada Mundial de la Juventud, quisiera agradecer de nuevo a Monseñor Orani Tempesta y al Cardenal Rylko las palabras que me han dirigido.

Les agradezco también a ustedes, queridos jóvenes, todas las alegrías que me han dado en estos días. Llevo a cada uno de ustedes en mi corazón.


Ahora dirigimos nuestra mirada a la Madre del cielo, la Virgen María. En estos días, Jesús les ha repetido con insistencia la invitación a ser sus discípulos misioneros; han escuchado la voz del Buen Pastor que les ha llamado por su nombre y han reconocido la voz que les llamaba. ¿No es verdad que, en esta voz que ha resonado en sus corazones, han sentido la ternura del amor de Dios? ¿Han percibido la belleza de seguir a Cristo, juntos, en la Iglesia? ¿Han comprendido mejor que el Evangelio es la respuesta al deseo de una vida todavía más plena?


La Virgen Inmaculada intercede por nosotros en el Cielo como una buena madre que cuida de sus hijos. Que María nos enseñe con su vida qué significa ser discípulo misionero. Cada vez que rezamos el Ángelus, recordamos el evento que ha cambiado para siempre la historia de los hombres. Cuando el ángel Gabriel anunció a María que iba a ser la Madre de Jesús, del Salvador, ella, aún sin comprender del todo el significado de aquella llamada, se fió de Dios y respondió: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra»

Pero, ¿qué hizo inmediatamente después? Después de recibir la gracia de ser la Madre del Verbo Encarnado, no se quedó con aquel don; marchó, salió de su casa y se fue rápidamente a ayudar a su pariente Isabel, que tenía necesidad de ayuda; realizó un gesto de amor, de caridad, de servicio concreto, llevando a Jesús en su seno. Y este gesto lo hizo diligentemente.

Queridos amigos, éste es nuestro modelo. La que ha recibido el don más precioso de parte de Dios, como primer gesto de respuesta se pone en camino para servir y llevar a Jesús. Pidamos a la Virgen que nos ayude también a nosotros a llevar la alegría de Cristo a nuestros familiares, compañeros, amigos, a todos. No tengan nunca miedo de ser generosos con Cristo. ¡Vale la pena! Salgan y vayan con valentía y generosidad, para que todos los hombres y mujeres encuentren al Señor.


Queridos jóvenes, tenemos una cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en 2016, en Cracovia, Polonia. Pidamos, por la intercesión materna de María, la luz del Espíritu Santo para el camino que nos llevará a esta nueva etapa de gozosa celebración de la fe y del amor de Cristo. +

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