lunes, 29 de julio de 2013

Última conferencia de prensa del Padre Lombardi durante la JMJ RIO 2013

“El flash mob es más interesante que mi briefing”, dijo el padre Lombardi al iniciar su última conferencia de prensa en el marco de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, ya que en la previa de la conferencia —en la sala donde se llevan a cabo los encuentros con la prensa— se proyectó un video que muestra el flash mob que involucró a todos los peregrinos que estaban en la playa. También algunos obispos se sumaron a la escena siguiendo los pasos de danza propuestos.

Última conferencia de prensa. Foto: EcosCEA
“Estamos admirados de la capacidad de organización de la JMJ al trasladar todos los eventos que iban a realizarse en el Campus Fidei a la playa de Copacabana. Tenemos que felicitarlos: construyeron una tienda en la playa para darle lugar a las 800.000 hostias a consagrar. Todo funcionó muy bien. Además estuvimos muy contentos con el sol y poder ver Copacabana como es normalmente. Vivimos una atmósfera maravillosa, un contexto ideal para esta celebración. El Papa apreció mucho la Vigilia de ayer como símbolo de la reconstrucción de la Iglesia”, afirmó el portavoz vaticano.

“¿Su salud? [refiriéndose a la del Papa] Es perfecta, marcha muy bien, en una forma increíble después del movimiento y las actividades que ha desarrollado”, aseguró.

En la ceremonia en la que el prefecto de Río de Janeiro, Eduardo Paes, le entregó al Papa las llaves de la ciudad, le anunció que en el Campus Fidei se van a construir casas que albergarán aproximadamente 20.000 personas. “Así se transforma ese lugar en un lugar de construcción”, afirmó el funcionario carioca. La cruz elevada por la JMJ Río 2013 seguirá allí y la zona se seguirá llamando Campus Fidei.
Cuando Paes le entregó las llaves le dijo al Papa: “Usted puede hacer en Río lo que quiere”. A lo que el Papa contestó: “Usted ve que estoy haciendo lo que quiero”.

Destacó Lombardi un momento de la misa de esta mañana: “En el ofertorio hubo un matrimonio con una niña muy pequeña, anencefálica. El Papa los encontró a la salida de la catedral ayer [después de la misa que celebró con el clero y los obispos participantes de la JMJ] y los invitó a la misa de hoy “para ofrecer una vida que podría haber abortado. Un signo de amor y acogida de la vida que el Papa apreció y destacó”.

Los mandatarios de Estado que participaron de la misa fueron: Presidenta del Brasil, Dilma Rousseff; Presidenta de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; Presidente de Bolivia, Evo Morales; Presidente de Surinam, Desiré Bouterse; Vicepresidente del Uruguay, Danilo Astori; Vicepresidente de Panamá, Juan Carlos Varela.

Sorprendió el Papa a la presidenta de la Argentina a quien “le regaló un par de zapatitos para su nieto recién nacido”.

El padre Lombardi, ya finalizando la JMJ Río 2013, hizo un balance de los días vividos:
“Fue extremadamente positiva, un signo de vitalidad de la Iglesia. Hay un consenso general de que participaron 3 millones de personas. Aquí estuvo contenida toda la complejidad de la Iglesia hoy. El Papa ha dicho que para entender los problemas actuales hay que mirar con la perspectiva de los pobres. Él empezó su viaje a Río con una visita a las favelas y a los presos. Esto es un signo concreto de cómo él da su mensaje a partir de los pobres.

”Un punto importante es cómo el Papa mostró que de la fe vienen posturas y actitudes para construir una sociedad mejor. En este sentido, impulsó a vivir la Doctrina Social de la Iglesia traducida a la vida concreta de los jóvenes. El Papa tiene un empeño especial en que se traduzcan en actos las convicciones cristianas.

”El Papa vino a Río a hablarle al Brasil y a todo el continente. Se trata del primer Papa latinoamericano que viaja a América Latina que él conoce muy bien, puede hablar por estos países y por el continente.

”Los discursos a los obispos del Brasil y el que dará al CELAM [N. de la R. : Al momento en el que el padre Lombardi hizo estas declaraciones, aún no había acontecido ese encuentro.] hacen centro en cómo entiende una forma de trabajo sinodal. Los obispos estaban congratulados con su discurso. Fue una instancia muy importante del viaje del Papa.

”Otro punto a considerar es que hace cuatro meses que el Papa es Papa. En Roma lo hemos visto con curiosidad para empezar a conocerlo. Ahora hemos visto al Papa en su continente: habló mucho en español, lo hemos visto espontáneo, como en casa, con una gran capacidad para manifestarse. Es distinto que verlo en la Plaza San Pedro.

”Y un último punto: nos empezamos a entender mejor. Con este Papa, la Iglesia de América Latina puede contribuir dando su riqueza específica, direccionando a la juventud, dando su perspectiva sobre los problemas de la Iglesia. Él puede dar a la Iglesia entusiasmo, coraggio para mirar el futuro.”

Luego, se proyectó otro video con una síntesis de imágenes del Papa Francisco en JMJ Río 2013.

Lombardi anunció que la próxima Jornada Mundial de la Juventud se realizará en Cracovia, Polonia, en el 2016. “Será dentro de 3 años porque a experiencia indica que es mejor que 2”, aclaró. “Con la perspectiva de canonización de Juan Pablo II es muy interesante que se realice en Polonia. El cardinal Stanisław Dziwisz —que fue secretario de Juan Pablo II— está muy contento.

Destacó el vocero vaticano que le cautivó especialmente un concepto del Papa Francisco en relación a la ponderación del mundo de hoy: “No vivimos una época de cambios; se trata de un cambio de época”.

Cerró Lombardi: “El Papa cada día tiene nuevas iniciativas”.

Discurso del Papa Francisco en la Ceremonia de Despedida en el Aeropuerto Internacional Galeao/Antonio Carlos Jobim de Río de Janeiro

Señora Presidenta de la República,

Distinguidas Autoridades nacionales, estatales y locales,
Querido Arzobispo de San Sebastián de Río de Janeiro,
Venerados Cardenales y Hermanos en el Episcopado,
Queridos amigos

En breves instantes dejaré su Patria para regresar a Roma. Marcho con el alma llena de recuerdos felices; y éstos —estoy seguro— se convertirán en oración. En este momento comienzo a sentir un inicio de saudade.
 
Saudade de Brasil, este pueblo tan grande y de gran corazón; este pueblo tan amigable. Saudade de la sonrisa abierta y sincera que he visto en tantas personas, saudade del entusiasmo de los voluntarios. Saudade de la esperanza en los ojos de los jóvenes del Hospital San Francisco. Saudade de la fe y de la alegría en medio a la adversidad de los residentes en Varghina. Tengo la certeza de que Cristo vive y está realmente presente en el quehacer de innumerables jóvenes y de tantas personas con las que me he encontrado en esta semana inolvidable. Gracias por la acogida y la calidez de la amistad que me han demostrado. También de esto comienzo a sentir saudade.

Doy las gracias a la Señora Presidenta por haberse hecho intérprete de los sentimientos de todo el pueblo de Brasil hacia el Sucesor de Pedro. Agradezco cordialmente a mis hermanos Obispos y a sus numerosos colaboradores que hayan hecho de estos días una estupenda celebración de nuestra fecunda y gozosa fe en Jesucristo. Doy las gracias a todos los que han participado en las celebraciones de la eucaristía y en los demás actos, a quienes los han organizado, a cuantos han trabajo para difundirlos a través de los medios de comunicación. Doy gracias, en fin, a todas las personas que de un modo u otro han sabido responder a las exigencias de la acogida y organización de una inmensa multitud de jóvenes, y por último, pero no menos importante, a tantos que, muchas veces en silencio y con sencillez, han rezado para que esta Jornada Mundial de la Juventud fuese una verdadera experiencia de crecimiento en la fe. Que Dios recompense a todos, como sólo Él sabe hacer.

En este clima de agradecimiento y de saudade, pienso en los jóvenes, protagonistas de este gran encuentro: Dios los bendiga por este testimonio tan bello de participación viva, profunda y festiva en estos días. Muchos de ustedes han venido a esta peregrinación como discípulos; no tengo ninguna duda de que todos marchan como misioneros. Con su
testimonio de alegría y de servicio, ustedes hacen florecer la civilización del amor. Demuestran con la vida que vale la pena gastarse por grandes ideales, valorar la dignidad de cada ser humano, y apostar por Cristo y su Evangelio. A Él es a quien hemos venido a buscar en estos días, porque Él nos ha buscado antes, nos ha enardecido el corazón para proclamar la Buena Noticia, en las grandes ciudades y en las pequeños poblaciones, en el campo y en todos los lugares de este vasto mundo nuestro. Yo seguiré alimentando una esperanza inmensa en los jóvenes de Brasil y del mundo entero: por medio de ellos, Cristo está preparando una nueva primavera en todo el mundo. Yo he visto los primeros resultados de esta siembra, otros gozarán con la abundante cosecha.

Úlitmo saludo del Papa desde la escalinata del avión. Foto EcosCEA
Mi último pensamiento, mi última expresión de saudade, se dirige a Nuestra Señora de Aparecida. En aquel amado Santuario me he arrodillado para pedir por la humanidad entera y en particular por todos los brasileños. He pedido a María que refuerce en ustedes la fe cristiana, que forma parte del alma noble de Brasil, como de tantos otros países, tesoro de su cultura, voluntad y fuerza para construir una nueva humanidad en la concordia y en la solidaridad.

El Papa se va, les dice “hasta pronto”, un “pronto” ya muy nostálgico (saudadoso) y les pide, por favor, que no se olviden de rezar por él. El Papa necesita la oración de todos ustedes. Un abrazo a todos. Que Dios les bendiga.

Encuentro con los Voluntarios de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud en el Pabellón 5 de Río Centro

Discurso del Papa Francisco

Queridos voluntarios
Buenas tardes.
No podía regresar a Roma sin haberles dado las gracias personal y afectuosamente a cada uno de ustedes por el trabajo y la dedicación con que han acompañado, ayudado, servido a los miles de jóvenes peregrinos; por tantos pequeños gestos que han hecho de esta Jornada Mundial de la Juventud una experiencia inolvidable de fe. Con la sonrisa de cada uno de ustedes, con su amabilidad, con su disponibilidad para el servicio, han demostrado que “hay más dicha en dar que en recibir” (Hch 20,35).

El servicio que han prestado en estos días me ha recordado la misión de san Juan Bautista, que preparó el camino a Jesús. Cada uno de ustedes, a su manera, ha sido un medio que ha facilitado a miles jóvenes tener “preparado el camino” para encontrar a Jesús. Y éste es el servicio más bonito que podemos realizar como discípulos misioneros: Preparar el camino para que todos puedan conocer, encontrar y amar al Señor. A ustedes, que en este período han respondido con tanta diligencia y solicitud a la llamada para ser voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud, les quisiera decir: Sean siempre generosos con Dios y con los otros. No se pierde nada, y en cambio, es grande la riqueza de vida que se recibe.
Dios llama a opciones definitivas, tiene un proyecto para cada uno: descubrirlo, responder a la propia vocación, es caminar hacia la realización feliz de uno mismo. Dios nos llama a todos a la santidad, a vivir su vida, pero tiene un camino para cada uno. Algunos son llamados a santificarse construyendo una familia mediante el sacramento del matrimonio. Hay quien dice que hoy el matrimonio está “pasado de moda”; en la cultura de lo provisional, de lo relativo, muchos predican que lo importante es “disfrutar” el momento, que no vale la pena comprometerse para toda la vida, hacer opciones definitivas, “para siempre”, porque no se sabe lo que pasará mañana. Yo, en cambio, les pido que sean revolucionarios, que vayan contracorriente; sí, en esto les pido que se rebelen contra esta cultura de lo provisional, que, en el fondo, cree que ustedes no son capaces de asumir responsabilidades, que no son capaces de amar verdaderamente. Yo tengo confianza en ustedes, jóvenes, y pido por ustedes. Atrévanse a “ir contracorriente”. Atrévanse a ser felices.

El Señor llama a algunos al sacerdocio, a entregarse totalmente a Él, para amar a todos con el corazón del Buen Pastor. A otros los llama a servir a los demás en la vida religiosa: en los monasterios, dedicándose a la oración por el bien del mundo, en los diversos sectores del apostolado, gastándose por todos, especialmente por los más necesitados. Nunca olvidaré aquel 21 de septiembre –tenía 17 años- cuando, después de haber entrado en la iglesia de San José de Flores para confesarme, sentí por primera vez que Dios me llamaba. ¡No tengan miedo a lo que Dios pide! Vale la pena decir “sí” a Dios. ¡En Él está la alegría!

Queridos jóvenes, quizá alguno no tiene todavía claro qué hará con su vida. Pídanselo al Señor; Él les hará ver el camino. Como hizo el joven Samuel, que escuchó dentro de sí la voz insistente del Señor que lo llamaba pero no entendía, no sabía qué decir y, con la ayuda del sacerdote Elí, al final respondió a aquella voz: Habla, Señor, que yo te escucho (cf. 1 S 3,1-10). Pidan también al Señor: ¿Qué quieres que haga? ¿Qué camino he de seguir?

Queridos amigos, de nuevo les doy las gracias por lo que han hecho en estos días. No olviden lo que han vivido aquí.
Cuenten siempre con mis oraciones y estoy seguro de que yo puedo contar con las de ustedes.

Oración del Ángelus en la playa de Copacabana

Alocución del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas

Al final de esta celebración eucarística, con la que hemos elevado a Dios nuestro canto de alabanza y gratitud por cada gracia recibida durante esta Jornada Mundial de la Juventud, quisiera agradecer de nuevo a Monseñor Orani Tempesta y al Cardenal Rylko las palabras que me han dirigido. Les agradezco también a ustedes, queridos jóvenes, todas las alegrías que me han dado en estos días. Llevo a cada uno de ustedes en mi corazón. Ahora dirigimos nuestra mirada a la Madre del cielo, la Virgen María. En estos días, Jesús les ha repetido con insistencia la invitación a ser sus discípulos misioneros; han escuchado la voz del Buen Pastor que les ha llamado por su nombre y han reconocido la voz que les llamaba (cf. Jn 10,4). ¿No es verdad que, en esta voz que ha resonado en sus corazones, han sentido la ternura del amor de Dios? ¿Han percibido la belleza de seguir a Cristo, juntos, en la Iglesia? ¿Han comprendido mejor que el evangelio es la respuesta al deseo de una vida todavía más plena? (cf. Jn 10,10).
La Virgen Inmaculada intercede por nosotros en el Cielo como una buena madre que cuida de sus hijos. Que María nos enseñe con su vida qué significa ser discípulo misionero. Cada vez que rezamos el Angelus, recordamos el evento que ha cambiado para siempre la historia de los hombres. Cuando el ángel Gabriel anunció a María que iba a ser la Madre de Jesús, del Salvador, ella, aun sin comprender del todo el significado de aquella llamada, se fió de Dios y respondió: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). Pero, ¿qué hizo inmediatamente después? Después de recibir la gracia de ser la Madre del Verbo encarnado, no se quedó con aquel don; marchó, salió de su casa y se fue rápidamente a ayudar a su pariente Isabel, que tenía necesidad de ayuda (cf. Lc 1,38-39); realizó un gesto de amor, de caridad, de servicio concreto, llevando a Jesús en su seno. Y este gesto lo hizo diligentemente.
 
Queridos amigos, éste es nuestro modelo. La que ha recibido el don más precioso de parte de Dios, como primer gesto de respuesta se pone en camino para servir y llevar a Jesús. Pidamos a la Virgen que nos ayude también a nosotros a llevar la alegría de Cristo a nuestros familiares, compañeros, amigos, a todos. No tengan nunca miedo de ser generosos
con Cristo. ¡Vale la pena! Salgan y vayan con valentía y generosidad, para que todos los hombres y mujeres encuentren al Señor.
Queridos jóvenes, tenemos una cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en 2016, en Cracovia, Polonia.
Pidamos, por la intercesión materna de María, la luz del Espíritu Santo para el camino que nos llevará a esta nueva etapa de gozosa celebración de la fe y del amor de Cristo.
Ahora recemos juntos…

[Rezo del Angelus]

Misa de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud en la playa de Copacabana

Lunes, 29 de julio de 2013

Homilía del Papa Francisco

Queridos hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,
Queridos jóvenes

Foto: infonews.com
«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás». Jesús te llama a ser discípulo en misión. A la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.

1. Vayan. En estos días aquí en Río, han podido experimentar la belleza de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, han sentido la alegría de la fe. Pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es
una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9). Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo, sino: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos».
 

Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio o de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no algo de sí, sino todo él, ha dado su vida para salvarnos y
mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a hombres libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.

¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más
indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor.

En particular, quisiera que este mandato de Cristo: «Vayan», resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo. San Pablo dice: «¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1 Co 9,16). Este continente ha recibido el anuncio del evangelio, que ha marcado su camino y ha dado mucho fruto. Ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza. Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, se marchó a misionar cuando tenía sólo diecinueve años. ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. Éste es el camino que hay que recorrer.

Foto: EFE
 
2. Sin miedo. Puede que alguno piense: «No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar el evangelio?». Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías, un joven como ustedes, cuando fue llamado por Dios para ser profeta. Recién hemos escuchado sus palabras: «¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo
soy un niño». También Dios dice a ustedes lo que dijo a Jeremías: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (Jr 1,6.8). Él está con nosotros.
«No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, nunca les deja solos. Les acompaña siempre.
Además Jesús no ha dicho: «Ve», sino «Vayan»: somos enviados juntos. Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos, en esta misión. Cuando juntos hacemos frente a los desafíos, entonces somos fuertes, descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos. Jesús no ha llamado a los apóstoles a vivir aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad.

Quisiera dirigirme también a ustedes, queridos sacerdotes que concelebran conmigo en esta eucaristía: han venido para acompañar a sus jóvenes, y es bonito compartir esta experiencia de fe. Pero es una etapa en el camino. Sigan acompañándolos con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos.
 
3. La última palabra: para servir. Al comienzo del salmo que hemos proclamado están estas palabras: «Canten al Señor un cántico nuevo» (95,1). ¿Cuál es este cántico nuevo? No son palabras, no es una melodía, sino que es el canto de su vida, es dejar que nuestra vida se identifique con la de Jesús, es tener sus sentimientos, sus pensamientos, sus acciones.
Y la vida de Jesús es una vida para los demás. Es una vida de servicio.
San Pablo, en la lectura que hemos escuchado hace poco, decía: «Me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles» (1 Co 9,19). Para anunciar a Jesús, Pablo se ha hecho «esclavo de todos». Evangelizar es dar testimonio en primera persona del amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, es servir inclinándose a lavar los pies de nuestros hermanos como hizo Jesús.
Vayan, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio. En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para «arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar» (Jr 1,10). También es así para ustedes. Llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo.
Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes. Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, les acompañe siempre con su ternura: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Amén.

Vigilia de Oración con los Jóvenes en la Playa de Copacaba

Discurso del Papa Francisco

Queridos jóvenes:

Foto: CTV
Hemos recordado hace poco la historia de San Francisco de Asís. Ante el crucifijo oye la voz de Jesús, que le dice: «Ve, Francisco, y repara mi casa». Y el joven Francisco responde con prontitud y generosidad a esta llamada del Señor: reparar su casa. Pero, ¿qué casa? Poco a poco se da cuenta de que no se trataba de hacer de albañil y reparar un edificio de piedra, sino de dar su contribución a la vida de la Iglesia; se trataba de ponerse al servicio de la Iglesia, amándola y trabajando para que en ella se reflejara cada vez más el rostro de Cristo.
También hoy el Señor sigue necesitando a los jóvenes para su Iglesia. Queridos jóvenes el Señor los necesita. También hoy llama a cada uno de ustedes a seguirlo en su Iglesia y a ser misioneros. Queridos jóvenes el Señor hoy los ama, no al montón, a vos, a vos, a vos, a cada uno. Escuchen en el corazón qué les dice. Pienso que podemos aprender algo de lo que pasó en estos días. Como tuvimos que cancelar por el mal tiempo la realización de esta vigilia en el Campus Fidei en Guaratiba, ¿no estaría el Señor queriendo decirnos que el verdadero campo de la fe, el verdadero «campus fidei» no es un lugar geográfico sino que somos nosotros? Sí es verdad, cada uno de nosotros, cada uno de ustedes, yo, todos, y ser discípulos misioneros significa saber que somos el campo de la fe de Dios. Por eso, por eso, a partir de la imagen del campo de la fe pensé en tres imágenes, tres, que nos pueden ayudar a entender mejor lo que significa ser un discípulo-misionero: la primera imagen, el campo como lugar donde se siembra; la segunda, el campo como lugar de entrenamiento; y la tercera, el campo como obra en construcción.

1. El campo como lugar donde se siembra. Todos conocemos la parábola de Jesús que habla de un sembrador que salió a sembrar en un campo; algunas simientes cayeron al borde del camino, entre piedras o en medio de espinas, y no llegaron a desarrollarse; pero otras cayeron en tierra buena y dieron mucho fruto (cf. Mt 13,1-9). Jesús mismo explicó el significado de la parábola: La simiente es la Palabra de Dios sembrada en nuestro corazón (cf. Mt 13,18-23). Queridos jóvenes, eso significa que el verdadero Campus Fidei es el corazón de cada uno de ustedes, es su vida. Y es en la vida de ustedes donde Jesús pide entrar con su palabra, con su presencia. Por favor, dejen que Cristo y su Palabra entren en su vida, que germine y crezca.

Jesús nos dice que las simientes que cayeron al borde del camino, o entre las piedras y en medio de espinas, no dieron fruto. ¿Qué terreno somos o queremos ser? Quizás somos a veces como el camino: escuchamos al Señor, pero no cambia nada en la vida, porque nos dejamos atontar por tantos reclamos superficiales que escuchamos; o como el terreno pedregoso: acogemos a Jesús con entusiasmo, pero somos inconstantes y, ante las dificultades, no tenemos el valor de ir contracorriente; o somos como el terreno espinoso: las cosas, las pasiones negativas sofocan en nosotros las palabras del Señor (cf. Mt 13,18-22). Hoy, sin embargo, estoy seguro de que la simiente cae en buena tierra, que ustedes quieren ser buena tierra, no cristianos a tiempo parcial, no «almidonados», de fachada, sino auténticos. Estoy seguro de que no quieren vivir en la ilusión de una libertad que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del momento. Sé que ustedes apuntan a lo alto, a decisiones definitivas que den pleno sentido a la vida. Jesús es capaz de ofrecer esto. Él es «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6). Confiemos en Él. Dejémonos guiar por Él.

2. El campo como lugar de entrenamiento. Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, nos pide que seamos sus discípulos, que «juguemos en su equipo». Creo que a la mayoría de ustedes les gusta el deporte. Y aquí, en Brasil, como en otros países, el fútbol es una pasión nacional. Pues bien, ¿qué hace un jugador cuando se le llama para formar parte de un equipo? Debe entrenarse y entrenarse mucho. Así es en nuestra vida de discípulos del Señor. San Pablo nos dice: «Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible» (1 Co 9,25). ¡Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo! Nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin, la vida eterna. Pero nos pide que entrenemos para «estar en forma», para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando testimonio de nuestra fe. ¿Cómo? A través del diálogo con él: la oración, que es el coloquio cotidiano con Dios, que siempre nos escucha. A través de los sacramentos, que hacen crecer en nosotros su presencia y nos configuran con Cristo. A través del amor fraterno, del saber escuchar, comprender, perdonar, acoger, ayudar a los otros, a todos, sin excluir y sin marginar. Queridos jóvenes, ¡sean auténticos «atletas de Cristo»!
Foto: Flickr JMJ 2013/Rolando Correa

3. El campo como obra en construcción. Cuando nuestro corazón es una tierra buena que recibe la Palabra de Dios, cuando «se suda la camiseta», tratando de vivir como cristianos, experimentamos algo grande: nunca estamos solos, formamos parte de una familia de hermanos que recorren el mismo camino: somos parte de la Iglesia; más aún, nos convertimos en constructores de la Iglesia y protagonistas de la historia. San Pedro nos dice que somos piedras vivas que forman una casa espiritual (cf. 1 P 2,5). Y mirando este palco, vemos que tiene la forma de una iglesia construida con piedras, con ladrillos. En la Iglesia de Jesús, las piedras vivas somos nosotros, y Jesús nos pide que edifiquemos su Iglesia; y no como una pequeña capilla donde sólo cabe un grupito de personas. Nos pide que su Iglesia sea tan grande que pueda alojar a toda la humanidad, que sea la casa de todos. Jesús me dice a mí, a ti, a cada uno: «Vayan, y hagan discípulos a todas las naciones». Esta tarde, respondámosle: Sí, también yo quiero ser una piedra viva; juntos queremos construir la Iglesia de Jesús. Digamos juntos: Quiero ir y ser constructor de la Iglesia de Cristo.

Su joven corazón alberga el deseo de construir un mundo mejor. He seguido atentamente las noticias sobre tantos jóvenes que, en muchas partes del mundo y también aquí en Brasil), han salido por las calles para expresar el deseo de una civilización más justa y fraterna. Son jóvenes que quieren ser protagonistas del cambio. Los aliento a que, de forma ordenada, pacífica y responsable, motivados por los valores del evangelio, sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas presentes en sus países. Sin embargo, queda la pregunta: ¿Por dónde empezar? Cuando preguntaron a la Madre Teresa qué era lo que debía cambiar en la Iglesia, respondió: Tú y yo.

Queridos amigos, no se olviden: ustedes son el campo de la fe. Ustedes son los atletas de Cristo. Ustedes son los constructores de una Iglesia más hermosa y de un mundo mejor. Levantemos nuestros ojos hacia la Virgen. Ella nos ayuda a seguir a Jesús, nos da ejemplo con su «sí» a Dios: «Aquí está la esclava del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho» (Lc 1,38). Se lo digamos también nosotros a Dios, junto con María: Hágase en mí según tu palabra. Que así sea.

FUENTE: Radio Vaticana

El Papa le regaló zapatitos para el nieto de la Presidenta argentina

La presidenta Cristina Fernández se mostró emocionada el domingo 28 de julio tras su breve encuentro con el Papa al término de la Jornada Mundial de la Juventud y mostró los zapatitos y medias que Francisco le regaló para su nieto, Néstor Iván Kirchner, nacido hace dos semanas.

La Jefa de Estado destacó, ante la prensa que cubre el encuentro, que su compatriota el Papa también le "bendijo unos rosarios".


La presidenta Cristina Fernández y su comitiva participaron de la multitudinaria misa de cierre de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en la playa de Copacabana, por invitación de la mandataria brasileña Dilma Rousseff.


También estuvieron el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el mandatario de Surinam, Desire Bouterse.

Al llegar a Río Alicia Oliveira, ex defensora de la Ciudad de Buenos Aires y amiga de Jorge Bergoglio, dijo a la prensa argentina que “el Papa es un divino” y destacó su propuesta de “una Iglesia abierta al pueblo”.


"Como cardenal se ocupó muchísimo de la gente que vive en las villas, pero estaba muy bloqueado por la Iglesia conservadora y ahora se siente libre", subrayó.


Oliveira integra la comitiva por invitación de la Presidenta, quien llegó hasta Río de Janeiro con el intendente de Lomas de Zamora y candidato del FPV, Martín Insaurralde, el canciller Héctor Timerman, el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri.


La mandataria también invitó a viajar al sacerdote Francisco Olveira Fuster, párroco de Nuestra Señora de Fátima, en Isla Maciel, Avellaneda; al padre Basílico Brítez, párroco de San Roque González y Compañeros Mártires, de Villa Palito, en el partido bonaerense de La Matanza; y al padre Ignacio Blanco de Quilmes.+ El Papa le regaló zapatitos para el nieto de la Presidenta argentina

La próxima Jornada Mundial de la Juventud será en 2016, en Cracovia, Polonia

“Queridos jóvenes, tenemos una cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en 2016, en Cracovia, Polonia". De este modo, antes del rezo del Ángelus, el Santo Padre anunció oficialmente que la XXIX JMJ se realizará en 2016 en la ciudad polaca de Cracovia, en claro homenaje al beato Juan Pablo II, que creó las Jornadas Mundiales de la Juventud y que será proclamado santo este año.

"Pidamos, por la intercesión materna de María, la luz del Espíritu Santo para el camino que nos llevará a esta nueva etapa de gozosa celebración de la fe y del amor de Cristo”, dijo el Papa a los jóvenes.


El beato Juan Pablo II fue ordenado obispo auxiliar de Cracovia el 4 de julio de 1958, y luego su Arzobispo en diciembre de 1962. Creado cardenal a los 47 años de edad, el entonces arzobispo Karol Józef Wojtila presidió su sede en medio de los asedios del ateísmo militante del régimen comunista hasta su elección como Pontífice el 16 de octubre de 1978.


Aunque no es la ciudad capital, Cracovia es un centro urbano de 3 millones de habitantes considerado como el corazón cultural, artístico y espiritual de Polonia. Tierra natal de reyes, artistas, filósofos y santos, es también la ciudad donde vivió y murió Santa Faustina Kowalska, vidente y apóstol de la Divina Misericordia. En efecto, es en la colina de Lagiewniki en Cracovia donde se erige el santuario mundial de la Divina Misericordia.


Rica de historia, joyas arquitectónicas y templos católicos, esta ciudad del sur de Polonia suele tener temperaturas moderadas, de entre 19 y 24 grados durante el verano, durante el cual se realizará la próxima Jornada Mundial de la Juventud.


Como “Ciudad Europea del Deporte”, Cracovia será sede del campeonato mundial de Voleibol en 2014 y del campeonato europeo de Basquet en 2016.


Palabras del Papa antes del Rezo del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas
Al final de esta celebración eucarística, con la que hemos elevado a Dios nuestro canto de alabanza y gratitud por cada gracia recibida durante esta Jornada Mundial de la Juventud, quisiera agradecer de nuevo a Monseñor Orani Tempesta y al Cardenal Rylko las palabras que me han dirigido.

Les agradezco también a ustedes, queridos jóvenes, todas las alegrías que me han dado en estos días. Llevo a cada uno de ustedes en mi corazón.


Ahora dirigimos nuestra mirada a la Madre del cielo, la Virgen María. En estos días, Jesús les ha repetido con insistencia la invitación a ser sus discípulos misioneros; han escuchado la voz del Buen Pastor que les ha llamado por su nombre y han reconocido la voz que les llamaba. ¿No es verdad que, en esta voz que ha resonado en sus corazones, han sentido la ternura del amor de Dios? ¿Han percibido la belleza de seguir a Cristo, juntos, en la Iglesia? ¿Han comprendido mejor que el Evangelio es la respuesta al deseo de una vida todavía más plena?


La Virgen Inmaculada intercede por nosotros en el Cielo como una buena madre que cuida de sus hijos. Que María nos enseñe con su vida qué significa ser discípulo misionero. Cada vez que rezamos el Ángelus, recordamos el evento que ha cambiado para siempre la historia de los hombres. Cuando el ángel Gabriel anunció a María que iba a ser la Madre de Jesús, del Salvador, ella, aún sin comprender del todo el significado de aquella llamada, se fió de Dios y respondió: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra»

Pero, ¿qué hizo inmediatamente después? Después de recibir la gracia de ser la Madre del Verbo Encarnado, no se quedó con aquel don; marchó, salió de su casa y se fue rápidamente a ayudar a su pariente Isabel, que tenía necesidad de ayuda; realizó un gesto de amor, de caridad, de servicio concreto, llevando a Jesús en su seno. Y este gesto lo hizo diligentemente.

Queridos amigos, éste es nuestro modelo. La que ha recibido el don más precioso de parte de Dios, como primer gesto de respuesta se pone en camino para servir y llevar a Jesús. Pidamos a la Virgen que nos ayude también a nosotros a llevar la alegría de Cristo a nuestros familiares, compañeros, amigos, a todos. No tengan nunca miedo de ser generosos con Cristo. ¡Vale la pena! Salgan y vayan con valentía y generosidad, para que todos los hombres y mujeres encuentren al Señor.


Queridos jóvenes, tenemos una cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en 2016, en Cracovia, Polonia. Pidamos, por la intercesión materna de María, la luz del Espíritu Santo para el camino que nos llevará a esta nueva etapa de gozosa celebración de la fe y del amor de Cristo. +

Francisco llamó a los voluntarios a ser siempre generosos con Dios y con los otros

En uno de sus últimos actos en Brasil, el Santo Padre dedicó un encuentro exclusivo de casi media hora para despedirse de los voluntarios que trabajaron en la Jornada Mundial de la Juventud Río de Janeiro 2013. El encuentro tuvo lugar en las instalaciones del Río Centro, un predio ferial con capacidad para 40.000 personas, en la zona de Tijuca.

El presbítero Ramón Nascimento, responsable del sector Voluntarios, hizo el saludo inicial e introdujo a los dos voluntarios que intervinieron posteriormente. El primero, Pedro Sultano, agradeció al Papa su visita y en nombre de todos los voluntarios se comprometió a mantener en el futuro el espíritu de servicio y el testimonio de fe vivido. Recordando el día de la elección de Francisco, en el que el Papa pidió la oración del pueblo por el Pastor, invitó a los presentes a un breve momento de oración por el Papa. Al acabar su intervención, le regaló una credencial y una camiseta de las que utilizaban los voluntarios durante la JMJ.


La otra intervención correspondió a Victoria Catarina, voluntaria polaca, que le aseguró las oraciones de todos y le agradeció haber optado por su país natal para la próxima JMJ, que tendrá lugar en Cracovia, en 2016. Luego, le regaló también una camiseta de deporte con el nombre de Francisco escrito en polaco.


En su intervención, el Santo Padre comenzó agradeciendo “a cada uno” el servicio realizado en los últimos días y, en particular, “tantos pequeños gestos que han hecho de esta Jornada Mundial de la Juventud una experiencia inolvidable de fe". Les dijo también: "Con la sonrisa de cada uno de ustedes, con su amabilidad, con su disponibilidad para el servicio, han demostrado que hay más dicha en dar que en recibir”.


Comparando el trabajo de los voluntarios al de san Juan Bautista, "que preparó el camino a Jesús”, Francisco explicó que ese “es el servicio más bonito que podemos realizar como discípulos misioneros” y los invitó a ser “siempre generosos con Dios y con los otros”, añadiendo que de ese modo “no se pierde nada, y en cambio, es grande la riqueza de vida que se recibe”.


Glosando esta generosidad, Francisco recordó a los voluntarios que “Dios llama a opciones definitivas, tiene un proyecto para cada uno: descubrirlo, responder a la propia vocación, es caminar hacia la realización feliz de uno mismo”.

Comentando la vocación matrimonial, dijo: “Hay quien dice que hoy el matrimonio está ‘pasado de moda’; y preguntó a los presentes: “¿Está pasado de moda?” A lo que los jóvenes gritaron al unísono un fuerte “¡No!”. También los desafió a hacer frente a una “cultura de lo provisional, de lo relativo”, que no se atreve a “comprometerse para toda la vida. Les pidió que sean “revolucionarios”, arrancando así un gran aplauso entre los jóvenes.

“Vayan contracorriente; sí, en esto les pido que se rebelen contra esta cultura de lo provisional, que, en el fondo, cree que ustedes no son capaces de asumir responsabilidades, que no son capaces de amar verdaderamente. Yo tengo confianza en ustedes, jóvenes, y pido por ustedes. Atrévanse a ir contracorriente. Atrévanse a ser felices”, apuntó.


Para quienes se sienten llamados a la vida consagrada, les recordó cómo descubrió su vocación, y les dijo: “¡No tengan miedo a lo que Dios pide! Vale la pena decir ‘sí’ a Dios. ¡En Él está la alegría!”.


El Papa concluyó rezando un Avemaría junto a los jóvenes voluntarios y les dio la bendición. Cuando parecía acabado el acto, el Papa pidió el micrófono de nuevo y en español, renovó su petición: “Recen por mi”. Al salir del predio ferial, saludaba con una mano a los jóvenes, mientras con la otra llevaba su maletín personal.+

Francisco pide que suden la camiseta por Jesús y jueguen "siempre al ataque"


El sábado 27 de julio el papa Francisco llegó alrededor de las 19 a la playa de Copacabana, en el sur de Río de Janeiro, para presidir la Vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud con los casi 3 millones de jóvenes que se congregaron, muchos de ellos con la intención de permanecer allí para no perder ni un detalle de la misa de envío, prevista para el domingo a las 10.

Los peregrinos, avisados del traslado de la vigilia y misa de envío, se congregaron desde las 7 en la estación Central Do Brasil, una suerte de distribuidor del transporte público. Desde allí caminaron 9 kilómetros para llegar a Copacabana, parando en las inmediaciones del club Flamengo para retirar el sustento de la tarde y del sábado y la mañana y mediodía del domingo.


Desde las 16, decenas de artistas comenzaron a preparar la velada con canciones a dueto. La argentina Athenas Vénica fue parte de estas parejas musicales, al igual que el cantautor y catequista Daniel Poli.


Como de costumbre en esta JMJ, Francisco llegó en helicóptero hasta el Fuerte de Copacabana, y se dirigió en papamóvil hasta el escenario central, ubicado a 40 cuadras de su lugar de llegada. En el camino, besó niños, se puso un sombrero mexicano y tocó unos tambores. Luego, vinieron los testimonios de actores, personas recuperadas de las drogas, sacerdotes y jóvenes. Al término de cada intervención, una iglesia se iba armando con diversas piezas encastrables.


Tony Ramos, un reconocido actor de telenovelas, habló al papa Francisco sobre su conversión al catolicismo y la humildad de san Francisco de Asís. "El amor es el único sentimiento capaz de combatir todos los males del mundo", dijo en su discurso de apertura. Ramos habló de las vidas entregadas a causa de la fe, especialmente la de los jóvenes, y concluyó: "Esta es una revolución de amor".


Luego hablaron los jóvenes: el primero fue Carlos Lins, de 30 años, de la parroquia Nuestra Señora de la Paz de Ipanema, en esta ciudad, quien dio su testimonio de recuperación de la droga: "El vicio ya me llevaba a las favelas y al tráfico de drogas. Conviví con traficantes y asesinos. Fui preso, pero como era menor de edad, no me pasó nada. La peor humillación para mi fue enfrentar a mi familia", dijo Lins.


El segundo testimonio joven fue del presbítero Flávio Matías, misionero en el municipio de Novo São Joaquim, en la prelatura de Paranatinga, del estado de Mato Grosso. Habló de la difícil tarea de llevar el Evangelio entre los indígenas, pero cómo la vida de Jesús en la Eucaristía lo mantenía fiel en su misión.


También emocionó Felipe Passos, un joven metido en la delincuencia, que hasta se llevó un tiro en una trifulca. Contó que Dios le dio dos bomberos en apenas minutos para evitar su paro cardíaco. Luego, con la voz sentida, pidió que todos agarrasen sus cruces colgadas al cuello y se arrodillaran en el piso. "Nuestro Papa, estas son nuestras cruces", dijo el joven, y pidió que todos repitieran al unísono. Hasta el Santo Padre tomó su pectoral entre las manos. También habló otra joven, que agradeció el testimonio de su madre para convertirse.

Francisco, en diálogo e introspección con los jóvenes
Una vez al micrófono, comentó el cambio de escenario de Guaratiba a Copacabana, debido a las condicioens climáticas que agitaron el descampado del oeste de Río esta semana. Y ofreció una reflexión al respecto: "¿No habrá querido el Señor que el Campus Fidei sea en nosotros mismos?".

Luego, pidió que lo acompañen en la reflexión de tres imágenes que ayudarían a comprender qué significa ser un discípulo misionero: la primera, el campo como lugar donde se siembra; la segunda, el campo como lugar de entrenamiento; y la tercera, el campo como terreno de obras. A cada momento, pedía silencio, hacía preguntas al público y llamaba a un momento de contrición y reflexión personal, en una lógica discursiva bien difundida en América Latina y cercana para quienes lo gustaron como orador en la Argentina.


"Jesús nos dice que las semillas, que caían a la vera del camino, en medio de las piedras o en medio de las espinas no dieron fruto", expresó sobre la primera imagen, y preguntó desde el palco: "¿Cuál terreno queremos ser? Cada uno sabe... a veces somos como el camino, porque escuchamos al Señor, pero en la vida no cambiamos nada y nos dejamos aturdir por tantos llamados superficiales que escuchamos; el otro terreno es el pedregoso, y allí acojemos a Jesús con entusiasmo, pero somos inconstantes y ante las dificultades no tenemos coraje para ir contracorriente; o somos como el terreno esínoso: las cosas, las pasiones negativas sofocan las palabras del Señor". Y entonces agregó: "Permitan que la palabra de Dios entre en sus corazones".


"Pero hoy -continuó- tengo la certeza de que la semilla está cayendo en una tierra buena; sé que ustedes quieren ser un terreno bueno, ¡y no quieren ser cristianos por la mitad, almidonados, o cristianos de fachada, sino más bien auténticos! Tengo la certeza de que ustedes no quieren vivir en la ilusión de una libertad que se deja arrastrar por las modas y las conveniencias del momento. ¡Sé que ustedes apuestan a algo grande, por opciones definitivas que den pleno sentido a la vida! Jesús es capaz de ofrecerles esto. Él es el Camino, la Verdad y la Vida".


En territorio latinoamericano, notó que muchos de los presentes viven la pasión por el fútbol, y los convocó a ver la vocación cristiana "como cuando un jugador es convocado para un equipo". ¿Por qué? "Debe entrenar, y mucho! También así sucede en nuestra vida de discípulos del Señor", recordó citando a san Pablo, que habla de los atletas que se privan de todo para conseguir una corona corruptible. "En cambio -agregó-, ¡nosotros buscamos una corona incorruptible!". Y lanzó una frase que resonó en toda la playa: ¡Jesús nos pide que juguemos en su equipo!". Se refería a la vida de oración, por lo que pidió que no tengan miedo de "conversar con Jesús". También los animó a vivir los sacramentos y el servicio a los demás.


Luego, destacó que cuando "se suda la camiseta, como cristiano, se vive algo grandioso"; por eso, los arengó a ser protagonistas de sus historias. Los animó diciendo: "¡Jueguen siempre en el ataque, vayan a la línea de frente!".


También dejó un mensaje a los jóvenes "que salieron a las calles" para manifestarse en los últimos meses. Se refería, a nivel latinoamericano, a las protestas ocurridas en junio en el Brasil y a las movilizaciones que se produjeron en Venezuela antes y después de la muerte del presidente Hugo Chávez y en el período de transición democrática. Los invitó a ser los protagonistas del cambio; y no dejarse ganar por la desesperanza ni la cobardía.


"En la Iglesia de Jesús, nosotros somos piedras vivas, y que Jesús nos pide que la construyamos; no como una capillita, donde entra un grupo de personas. ¡Nos pide que sea una Iglesia viva que sea tan grande como para recibir a la humanidad entera!", dijo el pontífice. "Sean constructores del futuro. No sean cobardes en la vida. ¡Salgan a las calles!, agregó.

Tras las palabras, llegó el momento de la adoración eucarística. Una custodia sencilla, que formaba los tradicionales "rayos" de luz alrededor de la sagrada forma y conectadas entre sí con una especie de rejilla, fue depositada en el altar mayor. Francisco se sentó en una pequeña silla y permaneció cabizbajo, en profundo estado de oración. En seguida, la playa cayó de rodillas. Algunos cantantes interpretaron piezas pop y sacras. Luego, Francisco dio la bendición con el Cuerpo de Jesús.

La noche llegó con pocos jóvenes volviendo a sus hospedajes y muchos permaneciendo en vela hasta altas horas o bien sacando sus bolsas de dormir sobre la blanca y fina arena. Allí esperan el regreso del Papa, a las 10 del domingo, para presidir la misa de envío misionero y clausurar la JMJ Río 2013. ¿Cuál será el próximo destino? Algunos estiman que Seúl, en Corea; otros, Cracovia, ciudad de origen del papa Juan Pablo II, en Polonia; otros, alguna ciudad de Sudáfrica.+

Mensaje de Francisco los jóvenes reunidos en la catedral de Buenos Aires

"A todos los jóvenes argentinos que están mirando, un cariño muy grande. Ustedes están aquí en mi corazón y en el corazón de tantos chicos argentinos que los representan. No apaguen las velas, no aflojen, vale la pena seguir adelante. La vida es linda y ustedes tienen una tarea por cumplir. No se dejen enredar en los pesimismos. Trabajen, militen, juéguense la vida por ideales buenos. Vale la pena apostar a cosas buenas en la vida. Que Dios los bendiga. Y no se vengan abajo. Que Dios los bendiga, sigan trabajando y recen por mí. No se olviden", fue el mensaje del papa Francisco a los jóvenes argentinos reunidos en la catedral de Buenos Aires.+ 

Los peregrinos se llevan un "manual" para ser discípulos en sus naciones

Junto con el equipo del peregrino, la organización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Río de Janeiro 2013 entregó a cada peregrino un pequeño libro llamado Discipulus, que persigue ser una continuación del llamado que planteó el papa Francisco a los jóvenes, en sintonía con el lema del encuentro: "Vayan y hagan discípulos en todas las naciones".

"Por muy buena que haya sido esta jornada, llegó la hora de levantarse, colocar la mochila a las espaldas y llevar en ella, con certeza, un gran equipaje", dice el libro en su inicio. Y agrega: "Guarda con cariño todas las palabras escuchadas. La Iglesia cree que tú puedes ser fiel y capaz de evangelizar a otras personas, dejándolo transparentar en tus gestos y palabras como un gran misionero".

El libro presenta dos partes. En la primera sección propone convertirse en "instrumentos de evangelización", siendo sembradores de la Buena Nueva, apóstoles por la oración y enseñando cómo hacer discípulos.


La segunda parte se denomina "Ambientes de evangelización", y propone "retomar la dinámica de la comunión", empezando por la familia y comprender que es necesario "hacer que Cristo sea el centro de la vida". También profundiza sobre el sentido que toma la parroquia, que debe ser "vid" donde los jóvenes se acerquen a encontrar y saborear frutos.


Finalmente, el libro también compromete a los jóvenes en el campo social, al que dedica todo un capítulo especial. "Es importante tener claro que todo lo que hagamos -o dejemos de hacer- tiene siempre un cuño político y social, porque demuestra el tipo de sociedad que queremos o no construir. Así, nuestra fe en Jesucristo también necesita expresarse en nuestra participación política en la consciente búsqueda de la civilización del amor", se indica.


Discipulus
concluye con una semblanza de los patronos de la Jornada Mundial de la Juventud, entre los que se encuentra Nuestra Señora de la Concepción Aparecida, la advocación más popular del Brasil, y san Antonio de Santana Galvao, primer santo brasileño, que fue canonizado por Benedicto XVI en 2007.+

Francisco: “Marcho con el alma llena de recuerdos felices y con ‘saudade’ en el corazón”

“Marcho con el alma llena de recuerdos felices... En este momento comienzo a sentir un inicio de “saudade” (melancolía). Saudade del Brasil, este pueblo tan grande y de gran corazón; saudade de la esperanza en los ojos de los jóvenes del hospital San Francisco. Saudade de la fe y de la alegría en medio de la adversidad de los residentes en Varghina. Gracias por la acogida y la calidez de la amistad que me demostraron. También de esto comienzo a sentir saudade”. Así se despidió del Brasil en la tarde del domingo 28 de julio, el papa Francisco, al retornar a Roma luego de 7 intensos días que vivió en el marco de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, en Río de Janeiro.

Durante la ceremonia de despedida, que tuvo lugar en el aeropuerto Galeao Antonio Carlos Jobim, el Santo Padre dio las gracias a la presidenta de la nación Dilma Roussef “por haberse hecho intérprete de los sentimientos de todo el pueblo del Brasil hacia el sucesor de Pedro”, a los obispos y sus colaboradores, a los voluntarios, a los periodistas, a todos los que de una forma y otra habían participado en la organización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y a cuantos habían rezado para que la JMJ de Río de Janeiro fuera “una verdadera experiencia de crecimiento en la fe”.


Pero los grandes protagonistas de estos días fueron los jóvenes. ”Yo seguiré alimentando una esperanza inmensa en los jóvenes del Brasil y del mundo entero -afirmó el Papa- Por medio de ellos, Cristo está preparando una nueva primavera en todo el mundo. Yo he visto los primeros resultados de esta siembra, otros gozarán con la abundante cosecha”

“Muchos de ustedes vinieron a esta peregrinación, dijo el Papa, como discípulos; no tengo ninguna duda de que todos marchan como misioneros. Con su testimonio de alegría y de servicio, ustedes hacen florecer la civilización del amor. Demuestran con la vida que vale la pena gastarse por grandes ideales, valorar la dignidad de cada ser humano, y apostar por Cristo y su Evangelio”.

Por último, antes de embarcarse, Francisco recordó su visita al santuario de Aparecida, donde rezó por “la humanidad entera y en particular por todos los brasileños” pidiendo a María que reforzase la fe cristiana, que forma parte “del alma noble del Brasil, como de tantos otros países, tesoro de su cultura, voluntad y fuerza para construir una nueva humanidad en la concordia y en la solidaridad”.


“El Papa se va, les dice “hasta pronto”, un “pronto” ya muy nostálgico (saudadoso) y les pide, por favor, que no se olviden de rezar por él. El Papa necesita la oración de todos ustedes. Un abrazo a todos. Que Dios los bendiga”.


A las 19 (hora local) el avión del Santo Padre partió de Río de Janeiro y, después de once horas y media de viaje, aterrizó esta mañana en el aeropuerto romano de Ciampino a las 11.30 (hora de Roma). Desde allí se trasladó en coche a la basílica de Santa María la Mayor para dar las gracias a la Virgen a la vuelta del viaje, como ya hizo, antes de su partida y después de rezar ante la imagen de María, regresó siempre en automóvil al Vaticano.+

Evitar la ideologización del Evangelio y el reduccionismo socializante

El papa Francisco se reunió hoy con los obispos responsables del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) que efectuó su reunión general de coordinación y les dirigió un discurso en el que se refirió a la Misión Continental, fruto de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y el Caribe, realizada en Aparecida (Brasil) en mayo de 2007, a la anhelada renovación de las iglesias particulares del continente latinoamericano, y a la misión del Obispo en Latinoamérica.

La ceremonia comenzó con un saludo del presidente del CELAM, monseñor Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla (México), quien durante el periodo 2011-2015, preside el organismo.


El Comité de Coordinación del CELAM, compuesto por cerca de 45 obispos, tendrá su sesión de trabajo del lunes 29 de julio al martes 2 de agosto. Dicha reunion tendrá como objetivo implementar las decisiones tomadas durante la XXXIV Asamblea Ordinaria del CELAM que coordina el trabajo de 22 Conferencias Episcopales y que concluyó el 17 de mayo en la ciudad de Panamá, giró en torno a temas de justicia y paz, la condición de los inmigrantes y la reformación de las estructuras eclesiales.


El Santo Padre comenzó su alocución explicando que la Conferencia de Aparecida tuvo cuatro características peculiares que le dieron su originalidad. En primer lugar que, a diferencia de las Conferencias de Medellín, Puebla y Santo Domingo, la de Aparecida comenzó sus trabajos sin documento previo. La segunda característica fue el ambiente de oración generado por el diario compartir la Eucaristía y otros elementos litúrgicos con el Pueblo de Dios. Tercero, que el Documento de Aparecida se prolonga en compromiso, con la Misión Continental, y finalmente, es la primera Conferencia del Episcopado Latinoamericano que se realiza en un Santuario mariano.


Dimensiones de la Misión Continental

La Misión Continental -expresó luego el santo padre- se proyecta en una dimensión programática que consiste en la realización de actos de índole misionera, y en una dimensión paradigmática, que implica poner en clave misionera la actividad habitual de las Iglesias particulares. Y aquí se da, como consecuencia, toda una dinámica de reforma de las estructuras eclesiales. El “cambio de estructuras” (de caducas a nuevas) no es fruto de un estudio de organización de la planta funcional eclesiástica, sino que es consecuencia de la dinámica de la misión. Lo que hace caer las estructuras caducas, lo que lleva a cambiar los corazones de los cristianos, es precisamente la misionariedad. De aquí –dijo- la importancia de la misión paradigmática.

Un planteo como éste -continuó el Papa- , que comienza por el discipulado misionero e implica comprender la identidad del cristiano como pertenencia eclesial, pide que nos explicitemos cuáles son los desafíos vigentes de la misionariedad discipular. Y señaló dos: la renovación interna de la Iglesia y el diálogo con el mundo actual.


Algunas tentaciones contra el discipulado misionero

Seguidamente, el santo padre mencionó ciertas propuestas actuales que pueden mimetizarse en la dinámica del discipulado misionero y detener, hasta hacer fracasar, el proceso de Conversión Pastoral, a las que calificó de “ideologización del mensaje evangélico”, tentación que se dio en la Iglesia desde el principio: buscar una hermenéutica de interpretación evangélica fuera del mismo mensaje del Evangelio y fuera de la Iglesia, y mencionó algunas:

“a) El reduccionismo socializante. Es la ideologización más fácil de descubrir. En algunos momentos fue muy fuerte. Se trata de una pretensión interpretativa en base a una hermenéutica según las ciencias sociales. Abarca los campos más variados, desde el liberalismo de mercado hasta la categorización marxista.


“b) La ideologización psicológica. Se trata de una hermenéutica elitista que, en definitiva, reduce el encuentro con Jesucristo y su ulterior desarrollo a una dinámica de autoconocimiento. Suele darse principalmente en cursos de espiritualidad, retiros espirituales, etc. Termina por resultar una postura inmanente autorreferencial. No sabe de trascendencia y, por tanto, de misionariedad.


“c) La propuesta gnóstica. Bastante ligada a la tentación anterior. Suele darse en grupos de élites con una propuesta de espiritualidad superior, bastante desencarnada, que termina por desembarcar en posturas pastorales de “quaestiones disputatae”. Fue la primera desviación de la comunidad primitiva y reaparece, a lo largo de la historia de la Iglesia, en ediciones corregidas y renovadas. Vulgarmente se los denomina “católicos ilustrados” (por ser actualmente herederos de la Ilustración).


“d) La propuesta pelagiana. Aparece fundamentalmente bajo la forma de restauracionismo. Ante los males de la Iglesia se busca una solución sólo en la disciplina, en la restauración de conductas y formas superadas que, incluso culturalmente, no tienen capacidad significativa. En América Latina suele darse en pequeños grupos, en algunas nuevas congregaciones religiosas, en tendencias a la “seguridad” doctrinal o disciplinaria. Fundamentalmente es estática, si bien puede prometerse una dinámica hacia adentro: involuciona. Busca “recuperar” el pasado perdido. 


 

A la ideologización del mensaje evangélico, Francisco agregó otras dos tentaciones: el funcionalismo y el clericalismo.


La acción del primero en la Iglesia es paralizante, dijo. Más que con la ruta se entusiasma con la “hoja de ruta”. La concepción funcionalista no tolera el misterio, va a la eficacia. Reduce la realidad de la Iglesia a la estructura de una ONG. Lo que vale es el resultado constatable y las estadísticas. De aquí se va a todas las modalidades empresariales de Iglesia. Constituye una suerte de “teología de la prosperidad” en lo organizativo de la pastoral.


En cuanto al clericalismo, dijo que es una tentación muy actual en Latinoamérica. Curiosamente, en la mayoría de los casos, se trata de una complicidad pecadora: el cura clericaliza y el laico le pide por favor que lo clericalice, porque en el fondo le resulta más cómodo. El fenómeno del clericalismo explica, en gran parte, la falta de adultez y de cristiana libertad en buena parte del laicado latinoamericano. O no crece (la mayoría), o se acurruca en cobertizos de ideologizaciones como las ya vistas, o en pertenencias parciales y limitadas. Existe en nuestras tierras una forma de libertad laical a través de experiencias de pueblo: el católico como pueblo. Aquí se ve una mayor autonomía, sana en general, y que se expresa fundamentalmente en la piedad popular. El capítulo de Aparecida sobre piedad popular describe con profundidad esta dimensión. La propuesta de los grupos bíblicos, de las comunidades eclesiales de base y de los Consejos pastorales va en la línea de superación del clericalismo y de un crecimiento de la responsabilidad laical.


Misión y tarea del obispo

La alocución del papa Francisco a los obispos del Celam concluyó proponiendo algunas pautas eclesiológicas, pero aclarando que quien conduce la pastoral, la Misión Continental, es el Obispo.

“El Obispo -aseveró- debe conducir, que no es lo mismo que mandonear. … Los Obispos han de ser Pastores, cercanos a la gente, padres y hermanos, con mucha mansedumbre; pacientes y misericordiosos. Hombres que amen la pobreza, sea la pobreza interior como libertad ante el Señor, sea la pobreza exterior como simplicidad y austeridad de vida. Hombres que no tengan “psicología de príncipes”. Hombres que no sean ambiciosos y que sean esposos de una Iglesia sin estar a la expectativa de otra. Hombres capaces de estar velando sobre el rebaño que les ha sido confiado y cuidando todo aquello que lo mantiene unido: vigilar sobre su pueblo con atención sobre los eventuales peligros que lo amenacen, pero sobre todo para cuidar la esperanza: que haya sol y luz en los corazones. Hombres capaces de sostener con amor y paciencia los pasos de Dios en su pueblo. Y el sitio del Obispo para estar con su pueblo es triple: o delante para indicar el camino, o en medio para mantenerlo unido y neutralizar los desbandes, o detrás para evitar que alguno se quede rezagado, pero también, y fundamentalmente, porque el rebaño mismo también tiene su olfato para encontrar nuevos caminos”.


Y finalizó: “No quisiera abundar en más detalles sobre la persona del Obispo, sino simplemente añadir, incluyéndome en esta afirmación, que estamos un poquito retrasados en lo que a Conversión Pastoral se refiere. Conviene que nos ayudemos un poco más a dar los pasos que el Señor quiere para nosotros en este “hoy” de América Latina y El Caribe. Y sería bueno comenzar por aquí”.


FUENTE: AICA 

Francisco deja un mandato a los jóvenes: "Vayan sin miedo a servir"

El papa Francisco presidió en la mañana del domingo 28 de julio la misa de envío misionero y clausura de la Jornada Mundial de la Juventud Río de Janeiro 2013 en las playas de Copacabana, a espaldas del morro de Leme, donde los convocó a salir sin miedo a vivir el Evangelio y esparcirlo "en especial a aquellas personas que parecen más distantes". Antes, el arzobispo de Río, monseñor Orani Tempesta, recordó que no se trataba “de una despedida”, sino de una “partida en misión”.

Con el himno de la JMJ ejecutado por enésima vez, a las 10.07 el Papa ingresó al escenario central montado en Copacabana, a espaldas del
morro de Leme. Allí, el arzobispo de Río de Janeiro, monseñor Orani Joao Tempesta, agradeció la visita del papa Francisco, su presencia de pastor entre los jóvenes, así como su regreso a Latinoamérica como primer pontífice de esta tierra en la historia".

Alrededor de las 10.30 comenzó la celebración eucarística presidida por el Santo Padre y concelebrada por cientos de obispos y sacerdotes. Los jóvenes entraron en clima de recogimiento y plegaron sus banderas. Después de las lecturas dominicales, Francisco los invitó a reflexionar a través de tres momentos:
“Vayan”, “Sin miedo” y “Para servir”.

Vayan!, la experiencia de este encuentro no puede quedarse sólo en la parroquia o la comunidad de ustedes; sería como cortarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es como una llama, que todos deben conocer para amar y profesar que Jesucristo es el Señor".

Después, les recordó que compartir y anunciar el Evangelio “es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia”, y también a cada uno de ellos. “Es un mandato que no nace de la voluntad de dominio o de poder, sino que Jesús ha venido antes a nosotros y se nos dio. ¡No nos dio algo de sí, sino se nos dio todo! Dio su vida para salvarnos y darnos la misericordia de Dios”.


“¿Para dónde nos manda?”, preguntó. “¡No hay fronteras ni límites! El Evangelio es para todos y no apenas para algunos o para aquellos que parecen los más próximos, los más abiertos o los más receptivos. ¡No tengan miedo de llevar a Jesucristo a todas las periferias existenciales, en especial a aquellas que parecen más distantes! El Señor quiere que todos sientan el calor de su afecto”, manifestó con contundencia.

El pontífice argentino también se refirió a la misión continental que se ha emprendido en América Latina como propuesta pastoral emanada de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en 2007. "Este continente recibió el anuncio del Evangelio y dio mucho fruto –dijo–. Ahora este Evangelio es recibido por ustedes. La Iglesia necesita de ustedes, de su alegría y de la creatividad que los caracteriza. ¿Saben cuál es el mejor instrumento para la evangelización de un joven?, ¡Otro joven! Este es el camino por recorrer”.

Al referirse al momento del “
Sin miedo”, expresó: “Puede que alguno piense que no tiene ninguna preparación especial. Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías, cuando fue llamado por Dios para ser profeta. También les dice a ustedes: ¡No les tengas miedo, que yo estoy contigo para liberarte! Cuando vamos a anunciar a Cristo, es Él mismo quien nos guía. Él nos dijo que está con nosotros todos los días. ¡Y es Verdad, todos los días! No deja solo a nadie”. También subrayó que la misión es en comunidad: “Jesús no dijo ‘Andá’, sino ‘¡Vayan juntos!’, y entonces somos fuertes y recibimos el envío”.

Dedicó también palabras a los obispos, a quienes pidió seguir acompañando “con generosidad y alegría” el compromiso y necesidades pastorales de los jóvenes. También destacó la labor de los grupos de pastoral juvenil y a los movimientos y nuevas comunidades: “¡Son tan creativos y audaces! ¡Sigan adelante y no tengan miedo!”.


Luego del Ángelus dominical, que suele rezar desde el balcón de los apartamentos vaticanos, en Roma, dio el anuncio de la próxima sede de la JMJ –Cracovia, Polonia, en 2016- y la bendición.+

El Papa inauguró el Hospital São Francisco de Assis na Providência de Deus

El Santo Padre participó esta tarde en un emotivo y sencillo acto en el hospital São Francisco de Assis na Providência de Deus en Río de Janeiro.

La visita del Papa ha sido la ocasión para inaugurar el Pólo de Atenção Integral à Saúde Mental (PAI).
Foto: noticias.terra.com
La construcción del hospital se enmarca entre las actividades del legado social que la JMJ Rio2013 pretende ofrecer a la sociedad brasiliana, concretamente en la lucha contra la drogadicción y en favor de la reinserción social de los ex drogadictos.
El PAI, hecho posible con la contribución económica de dos millones y medio de reales de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), contará inicialmente con 40 camas, para doblar su número antes de fin de año.
FUENTE: Oficina de Prensa de la JMJ Río 2013

Discurso del Papa Francisco en el Hospital San Francisco de Asís

Querido Arzobispo de Río de Janeiro y queridos hermanos en el episcopado;
Honorables Autoridades,
Estimados miembros de la Venerable Orden Tercera de San Francisco de la Penitencia,
Queridos médicos, enfermeros y demás agentes sanitarios,
Queridos jóvenes y familiares

Dios ha querido que, después del Santuario de Nuestra Señora de Aparecida, mis pasos se encaminaran hacia un santuario particular del sufrimiento humano, como es el Hospital San Francisco de Asís. Es bien conocida la conversión de su santo Patrón: el joven Francisco abandona las riquezas y comodidades del mundo para hacerse pobre entre los pobres; se da cuenta de que la verdadera riqueza y lo que da la auténtica alegría no son las cosas, el tener, los ídolos del mundo, sino el seguir a Cristo y servir a los demás; pero quizás es menos conocido el momento en que todo esto se hizo concreto en su vida: fue cuando abrazó a un leproso.

Aquel hermano que sufría, marginado, era «mediador de la luz (...) para san Francisco de Asís» (cf. Carta enc. Lumen fidei, 57), porque en cada hermano y hermana en dificultad abrazamos la carne de Cristo que sufre. Hoy, en este lugar de lucha contra la dependencia química, quisiera abrazar a cada uno y cada una de ustedes que son la carne de Cristo, y pedir que Dios colme de sentido y firme esperanza su camino, y también el mío.
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Abrazar. Todos hemos de aprender a abrazar a los necesitados, como San Francisco. Hay muchas situaciones en Brasil, en el mundo, que necesitan atención, cuidado, amor, como la lucha contra la dependencia química. Sin embargo, lo que prevalece con frecuencia en nuestra sociedad es el egoísmo. ¡Cuántos «mercaderes de muerte» que siguen la lógica del poder y el dinero a toda costa! La plaga del narcotráfico, que favorece la violencia y siembra dolor y muerte, requiere un acto de valor de toda la sociedad. No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química. Es preciso afrontar los problemas que están a la base de su uso, promoviendo una mayor justicia, educando a los jóvenes en los valores que construyen la vida común, acompañando a los necesitados y dando esperanza en el futuro.

Todos tenemos necesidad de mirar al otro con los ojos de amor de Cristo, aprender a abrazar a aquellos que están en necesidad, para expresar cercanía, afecto, amor.

Pero abrazar no es suficiente. Tendamos la mano a quien se encuentra en dificultad, al que ha caído en el abismo de la dependencia, tal vez sin saber cómo, y decirle: «Puedes levantarte, puedes remontar; te costará, pero puedes conseguirlo si de verdad lo quieres».

Queridos amigos, yo diría a cada uno de ustedes, pero especialmente a tantos otros que no han tenido el valor de emprender el mismo camino: «Tú eres el protagonista de la subida, ésta es la condición indispensable. Encontrarás la mano tendida de quien te quiere ayudar, pero nadie puede subir por ti». Pero nunca están solos. La Iglesia y muchas personas están con ustedes. Miren con confianza hacia delante, su travesía es larga y fatigosa, pero miren adelante, hay «un futuro cierto, que se sitúa en una perspectiva diversa de las propuestas ilusorias de los ídolos del mundo, pero que da un impulso y una fuerza nueva para vivir cada día» (Carta enc. Lumen fidei, 57).

Quisiera repetirles a todos ustedes: No se dejen robar la esperanza.
Pero también quiero decir: No robemos la esperanza, más aún, hagámonos todos portadores de esperanza.

En el Evangelio leemos la parábola del Buen Samaritano, que habla de un hombre asaltado por bandidos y abandonado medio muerto al borde del camino. La gente pasa, mira y no se para, continúa indiferente el camino: no es asunto suyo. Sólo un samaritano, un desconocido, ve, se detiene, lo levanta, le tiende la mano y lo cura (cf. Lc 10, 29-35).

Queridos amigos, creo que aquí, en este hospital, se hace concreta la parábola del Buen Samaritano. Aquí no existe indiferencia, sino atención, no hay desinterés, sino amor. La Asociación San Francisco y la Red de Tratamiento de Dependencia Química enseñan a inclinarse sobre quien está en dificultad, porque en él ve el rostro de Cristo, porque él es la
carne de Cristo que sufre. Muchas gracias a todo el personal del servicio médico y auxiliar que trabaja aquí; su servicio es valioso, háganlo siempre con amor; es un servicio que se hace a Cristo, presente en el prójimo: «Cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo» (Mt 25,40), nos dice Jesús.

Y quisiera repetir a todos los que luchan contra la dependencia química, a los familiares que tienen un cometido no siempre fácil: la Iglesia no es ajena a sus fatigas, sino que los acompaña con afecto. El Señor está cerca de ustedes y los toma de la mano. Vuelvan los ojos a él en los momentos más duros y les dará consuelo y esperanza.

Y confíen también en el amor materno de María, su Madre. Esta mañana, en el santuario de Aparecida, he encomendado a cada uno de ustedes a su corazón. Donde hay una cruz que llevar, allí está siempre ella, nuestra Madre, a nuestro lado. Los dejo en sus manos, mientras les bendigo a todos con afecto.
 
FUENTE: http://jmj2013cea.blogspot.com.ar